United States or Côte d'Ivoire ? Vote for the TOP Country of the Week !


Entraron en este nirvana burgués cuando los ferrocarriles eran menos aún que las diligencias, cuando la humanidad soñaba á la luz del petróleo, cuando un despacho telegráfico representaba un suceso culminante en una vida.... Y de pronto, el miedo á la invasión alemana, que suprime un pueblo en unas cuantas horas, les ha impulsado á huir de una vivienda que era á modo de una secreción de sus organismos.

Por las terrazas, enormes serpientes veneradas como dioses, se iban arrastrando, ya entorpecidas por el frío. Y aquí y allá, al pasar, encontrábamos budistas decrépitos, secos como pergaminos y nudosos como raíces, entrecruzados de piernas en el suelo bajo los sicomoros, inmóviles como ídolos, contemplándose incesantemente el ombligo en espera de la perfección del Nirvana.

Del monte volvió Buda, porque pensó, después de mucho pensar, que con vivir sin comer y beber no se hacia bien a los hombres, ni con dormir en el suelo, ni con andar descalzo, sino que estaba la salvación en conocer las cuatro verdades, que dicen que la vida es toda de dolor, y que el dolor viene de desear, y que para vivir sin dolor es necesario vivir sin deseo, y que el dulce nirvana, que es la hermosura como de luz que le da al alma el desinterés, no se logra viviendo, como loco o glotón, para los gustos de lo material, y para amontonar a fuerza de odio y humillaciones el mando y la fortuna, sino entendiendo que no se ha de vivir para la vanidad, ni se ha de querer lo de otros y guardar rencor, ni se ha de dudar de la armonía del mundo o ignorar nada de él o mortificarse con la ofensa y la envidia, ni se ha de reposar hasta que el alma sea como una luz de aurora, que llena de claridad y hermosura al mundo, y llore y padezca por todo lo triste que hay en él, y se vea como médico y padre de todos los que tienen razón de dolor: es como vivir en un azul que no se acaba, con un gusto tan puro que debe ser lo que se llama gloria, y con los brazos siempre abiertos.

No fué el misticismo español de entonces huraño, egoísta y meramente contemplativo, aspirando á elevarse y á unirse con Dios para aniquilarse allí confundiéndose en la esencia infinita y desvaneciéndose en un perpetuo nirvana.

Y es la segunda que, aun poseyendo yo tan alta bienaventuranza, no hallaría para transmitirte su concepto medio alguno de expresión en lenguaje humano, ni tampoco en la sugestión directa y pura. Por ahora, reprime tu curiosidad y aguántate sin saber lo que es el nirvana. Acaso, dentro de algunos siglos, cuando subas a vida más alta, trasluzcas o columbres lo que es.

Aunque en tierra no conocía otros licores que los inocentes y dulzones guardados por su madre para las fiestas de familia, una vez pisaba la cubierta del buque sentía la necesidad de líquidos alcohólicos, para hacer ver que era todo un hombre. «No había en el mundo una bebida que pudiese con él...» Y al segundo «refresco» del tío Caragòl quedaba sumido en plácido nirvana, viéndolo todo de color de rosa y considerablemente agrandado: el mar, los buques cercanos, los docks y la montaña de Montjuich, que servía de fondo.

Mi clarividencia, en este punto, no es completa todavía replicó el anciano ; pero entreveo y percibo en la penumbra confusa de mis recuerdos ultranatales que he muerto y renacido ya treinta veces en esta mansión terrenal. Y todavía poco y todavía para seguir estudiando tendré que morir y que renacer dos o tres veces más antes de alcanzar el nirvana. ¿Y qué es el nirvana? dijo Morsamor.

No he vuelto a saber de Sidarta en todo este tiempo. ¿Conseguiría su propósito? me he preguntado a veces. ¿Lograría escaparse de la esfera de la vida y hundirse en el nirvana? En el mundo de los espíritus me he encontrado con muchos espíritus, y nunca con el de Sidarta. He aprendido mil verdades. He conocido el error de Sidarta, pero mi afecto tenía razones para disculparle.

No, no se pierde el alma de los místicos cristianos en la esencia suprema, como en el nirvana de los budistas; no, no cae en sueño eterno, sino que logra la plenitud de la vida.

Declárartelo bien contestó el viejo implicaría dos cosas tan difíciles que rayan en lo imposible. Es la primera que si lo supiese yo, yo estaría ya en el nirvana y sería omnicio o digase conocedor de cuanto ha sido, es y será; del sujeto, del objeto y de la síntesis en que se enlazan e identifican, siendo todo y uno y disipándose las aparentes ilusiones que distinguen, individualizan y separan.