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Se dice que tienen picos de 18.000 y más pies de altura. ¿Estamos muy lejos de esa isla? Tal vez a cuarenta millas. ¿Llegaremos a ella? Las costas meridionales son peligrosas, Cornelio, y sus habitantes, casi todos piratas. Trataremos más bien de llegar a las islas Arrú, que se encuentran a la entrada del mar de las Molucas, y donde espero encontrar pescadores holandeses de trépang.

Los Guilliches y Moluches meridionales llegan desde Valdivia hasta el estrecho de Magallanes, dividiéndose en cuatro naciones. La primera llega hasta Chiloé, y mas allá de la laguna de Nahuel-huapi, y habla la lengua chilena. La segunda son los Chonos, que viven cerca de la isla de Chiloé.

Ya provenga del influjo de los árabes, ya de una inclinación natural del espíritu del pueblo, ello es, que aparecen esas cualidades en los albores de la literatura castellana: hállanse en los antiguos romances; los cancioneros ofrecen numerosos ejemplos, y en la Celestina se observa, que el afán de hacer alusiones y rebuscadas comparaciones se había ya introducido en el siglo XV en el lenguaje ordinario . Téngase además en cuenta, que en los países meridionales se propende á las exageraciones y á las comparaciones disparatadas. ¿No llaman la atención, á quien trata y conversa con españoles, las singulares metáforas é hiperbólicas expresiones, de que usan á menudo en su lenguaje?

El mismo orgullo de Morsamor, el superior valer que atribuía a sus hechos se revolvía en daño suyo y servía para deprimirle. Acabada por él la obra que incumbía a los pueblos meridionales de nuestro continente, la fuerza, el imperio y la inteligencia dominadora iban a pasar a otras manos.

Al dejar la estacion de Macón, siguiendo la direccion hácia los contrafuertes meridionales del Jura, al traves de los departamentos de Saona-y-Loira y Ain, el paisaje comenzó á presentar un aspecto mas risueño y hermoso que el de las llanuras burguiñonas.

De setiembre á marzo, alturas meridianas crecientes, salida y puesta más meridionales hasta el solsticio de diciembre, días crecientes, y más largos que las noches. Desde el solsticio de diciembre á marzo, vuelta del Sol hacia el ecuador y disminución de los días, que siguen siendo mayores que las noches. Tales son los hechos que todo el mundo puede observar en el espacio de un año.

La prueba de su riqueza era el espléndido regalo que enviara últimamente a su novia... La bombonera que mencionó don Mariano Vázquez se había convertido, para aquellas imaginaciones meridionales, en un cofre artístico lleno de piedras preciosas; perlas, diamantes, rubíes, zafiros... ¿Quién podía hacer semejantes obsequios en el Tandil?... ¡Esas mujeres! ¡Bien las conocería Mefistófeles cuando aconsejó a Fausto que regalara aquellas magníficas joyas a la pequeña y modesta Margarita!

No hay mosquito lírico de los que zumban en las provincias meridionales o septentrionales de España que no haya expuesto sus impresiones acerca de ellos y armado un tinglado más o menos armonioso con «los dulces acordes de la guitarra», «el aroma de los nardos», «la luz de la luna esparciendo sus hebras finísimas de plata sobre la ventana», «el cielo salpicado de estrellas», «el azahar», «los ojos fascinadores de la doncella», «su aliento cálido, perfumado», etc., etc.

Aun aquéllos, dotados de escasas facultades musicales, convendrán con nosotros seguramente, si conocen la harmonía seductora de los dramáticos meridionales que, bajo este aspecto, casi todos los dramas alemanes, hasta los de nuestros autores más famosos, parecen de niños de escuela cuando se comparan con el arte superior de los primeros. ¡Qué diferencia entre la agradable alternativa de los metros tan sonoros de aquéllos y la monotonía de éstos! ¡entre la animación y la ligereza de unos y la grosera pesadez de otros! ¡entre la diversidad de ritmos, enlazados, sin embargo, harmónicamente, la inagotable riqueza de colorido con que revisten á la expresión, su semejanza y uniformidad de sonidos tan significativos, semejantes al eco, y su combinación silábica, ya lenta, ya ligera, con esa monotonía insoportable, con esa locuacidad desprovista de cultura ática, sin fuerza ni realce, que atormenta los oídos en nuestros teatros!

Los Tehuelches ó Patagones meridionales, se diferencian en alguna cosa de los otros indios. Despues de haber secado los huesos de sus difuntos, los llevan á gran distancia de sus moradas al desierto, y poniéndolos en su propia forma con los adornos ya dichos, los dejan en una choza erigida á este fin, con los esqueletos de sus caballos al rededor.