United States or Ukraine ? Vote for the TOP Country of the Week !


Para tenerla contenta apelaba al recurso de los regalitos; apenas se pasaba un día que no viniese de la calle con alguno: un alfiler imperdible, una peineta, un frasco de perfume. Lo que más papel representaba eran las yemas de San Leandro, aquellas famosas yemas que tanto agradaban á la tabernera y con las cuales antes no cesaba de burlarla.

El segundo fué que al detenerse en un escaparate de joyería y ver un imperdible de brillantes en figura de mariposa, se dijo que algunas de las que había visto en casa de su amiguito rubio eran mucho más hermosas y brillantes. El tercero lo adquirió al entrar en casa de Fe a comprar unas novelas francesas.

Había días de compras grandes y otros de menudencias; pero días sin comprar no los hubo nunca. A falta de cosa mayor, la viciosa no entraba nunca en su casa sin el par de guantes, el imperdible, los polvos para limpiar metales, el paquete de horquillas o cualquier chuchería de los bazares de todo a real.

Yo lo tengo en imperdible añadía Amalia Amézaga, señalando a otro marrano no menos lucio, que hozaba entre los encajes de su corbata. ¡Válgame Dios! ¡qué moda más fea! exclamaba Luisa Natal, hermosura próxima al ocaso, y muy atenta a no usar perifollo alguno que su belleza no realzase . Yo no me pondría semejantes bichos; ¡se acuerda uno del mondongo! ¿verdad, condesa?

Después de adquirir un abanico no pudo resistir a la tentación de comprar un imperdible. ¡Cayó en la cuenta de que le hacía tanta falta!... Incapaz de calcular las mermas de su nada abundante peculio, vio en los Diamantes Americanos ciertos pendientes que, una vez puestos, habrían de parecer como nacidos en sus propias orejas.

Se hace un ligero silencio, durante el cual se oye el ruido del abanico al chocar contra el imperdible del pecho. Y de pronto suena otra vez la voz de este señor del traje claro. Ya no es dulce la voz ni los gestos son blandos; ahora la palabra parece un rumor lejano que crece, se ensancha, estalla en una explosión formidable.

Un hombre que pasa entre vosotros los hombres por sensato; todos le consultan: es un célebre abogado; la librería que tiene al lado es el disfraz con que os engaña. Acaba de asegurar a un litigante con sus libros en la mano que su pleito es imperdible; el litigante ha salido; mira cómo cierra los libros en cuanto salió, como arrojarás la careta en llegando a tu casa. ¿Ves su sonrisa maligna?

Me vestiré decente y modestita». Despachados los más urgentes quehaceres del día, peinose con mucha sencillez, se puso su vestido negro, las botas nuevas; púsose también su pañuelo de lana oscuro, sujeto con un imperdible de metal blanco que representaba una golondrina, y mirándose al espejo, aprobó su perfecta facha de mujer honesta.

Empezó por tocar con los dedos tímidamente una pulsera de monedas antiguas que Jacinta llevaba, y viendo que no le reñían por este desacato, sino que la señora aquella tan guapa le apretaba contra , se decidió a examinar el imperdible, los flecos del mantón y principalmente el manguito, aquella cosa de pelos suaves con un agujero, donde se metía la mano y estaba tan calentito.