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¡Cállese usted! ¡No sea usted estúpido, hombre! ¡Chis, chiis, chiis! Al fin callaron todos y pudo oírse la fogosa melodía de Verdi, interpretada con singular delicadeza. La voz femenina que salía por los entreabiertos balcones rasgaba la atmósfera acuosa del exterior vibrando con fuerza por el ámbito de la plaza y yendo a perderse en las encrucijadas de la villa.

Brindé con los dos mozones, y canté alabanzas hiperbólicas a la bravura de Pito, para que Tona las oyera bien; con lo cual y el tostadillo, se puso el alabado que ardía; y allí mismo pidió por mujer a la hija de Facia, que no hacía más que llorar; así fue que Tona, colorada como un pimiento por lo uno y angustiada por lo otro, llamó a Pito «jastialón desvergonzau»; y no alcanzó mejor respuesta la fogosa demanda del rendido pretendiente.

Riose Lolita Sartori de la impertinencia de Publio, y Jacinto comprendió que se burlaban de él... Dudaban de que hubiera conocido al capitán Pérez... Para vencer esa incredulidad, hombre de rápida y fogosa imaginación, ipso facto inventó él y contó cómo le conociera, ¡oh, de un modo bastante chusco!... Estaba él en un baile, conversando con la joven y distinguida dueña de casa, sentados ambos en el comedor... Como hablaba al oído de su compañera, tenía agachada la cabeza...

De aquí proviene, sin duda, que los actores españoles expresen los matices más delicados del lenguaje, y que nos encanten y nos arrebaten, cuando han logrado combinar los resultados del análisis más profundo con los detalles de la inspiración más fogosa y de la pasión más violenta.

Al contrario, sin saber por qué, me sentí gratamente impresionado, y ya me disponía a tomar pie de ella para insistir en mi fogosa declaración, cuando nos sorprendió una voz que sonó a nuestra espalda. Le veo a usted muy inclinado a los niños, amigo Sanjurjo. Era el malagueño, que nos había alcanzado. Me volví y advertí en su rostro una sonrisa irónica que me crispó.

Doña Magdalena, adorada con el velo y despreciada con el rostro descubierto, tiene celos, pues, con razón, de misma, y ofendida del comportamiento de su prometido, resuelve castigar la tibieza de éste y premiar la fogosa pasión del amante. Tal es el argumento de esta comedia, notable por sus muchas y divertidas escenas.

Cuando la fogosa oradora soltaba la sin hueso, pronunciando una de sus improvisaciones, terciándose el mantón y echando atrás su pañuelo de seda roja, parecíase a la República misma, la bella República de las grandes láminas cromolitográficas; cualquier dibujante, al verla así, la tomaría por modelo.

Indicó, pues, al tío Frasquito que no era necesario averiguar más, y regresaron preocupados y silenciosos a casa de este. Despertóse por el camino la fogosa actividad de Jacobo a la vista del peligro, y en aquel breve trayecto trazó un plan atrevido, único a su juicio que podía remediar los yerros pasados y detener las consecuencias de su imprudente apatía.

Replicó, pues, empleando una retórica más fogosa aún, describiendo su amor y sus sufrimientos, procurando conmoverla por todos los medios imaginables. Cruzáronse después algunas otras cartas: Miguel pedía una entrevista para desahogar siquiera su corazón, «aunque después le despreciaseLucía se negaba a darla, considerándola inútil y aun perjudicial para ambos.

La sublevación moral de la joven era tan visible, que Clementina se creyó obligada á algunas explicaciones. No esperaba encontrar tal energía en aquella delicada rubia que había obedecido tan perfectamente desde que dependía de ella. ¿Pero qué importaba la resistencia á la fogosa Clementina? Á los que la resistían, los aniquilaba. Roussel y Mauricio sabían algo de esto.