United States or Equatorial Guinea ? Vote for the TOP Country of the Week !


Todo esto era ocasión de nuevos afanes y cavilaciones para Benina, que amaba entrañablemente a la señorita de la casa, y no podía verla con hambre y necesidad, sin tratar al instante de socorrerla según sus medios.

Ejemplo los de Santa Cruz, que gozaban de salud cabal, eran ricos, estimados de todo el mundo y se querían entrañablemente. ¿Qué les hacía falta? Parece que nada. Pues alguno de los cuatro pordioseaba.

Y a pesar de esto, su madre le quería entrañablemente, y Benina le adoraba, porque no había otro con más arte y más refinado histrionismo para fingir el arrepentimiento.

Abuelita nos ha reprochado que no se la hubiésemos llevado, para verla. Ella conoció mucho a los bisabuelos de Adriana". "12 de mayo. "Ya somos con Adriana las más íntimas amigas. ¡Qué admirable su espíritu, su modo! Nos queremos entrañablemente. Hay en ella una sensibilidad finísima. Todos los elogios serían pocos para ella". "13 de mayo.

Ella les quería entrañablemente, y gracias a esto, iba creciendo el vivo aprecio que el muñeco había llegado a inspirarle... Deseaba que el tal viviese y tuviera salud; la esposa fiel seguiría a su lado, haciendo su papel con aquella destreza que le habían dado tantos años de hipocresía.

Era como los médicos que han estudiado el cuerpo humano en un atlas de Anatomía. Tenía recetas charlatánicas para todo, y las aplicaba al buen tun tun, haciendo estragos por donde quiera que pasaba. «De esta manera, hija mía añadió lleno de fatuidad , puede darse el caso de que una mujer hermosa llegue a amar entrañablemente a un hombre feo.

Resultó de ello que Amaury, criado junto a Magdalena, que era casi de su edad, se había acostumbrado a querer entrañablemente y con amor más que fraternal, a la que le miraba como un hermano. Así, ambos concibieron desde niños, en la sencillez de su alma inocente y en la pureza de su corazón, el proyecto halagador de no separarse nunca.

No sentía ninguna veleidad feroz; era lo mismo que la criaturita que le amaba tan entrañablemente sin que siquiera lo sospechara. Certifico que jamás se le pasó por la mente envenenar a su rival, ni atravesarlo de parte a parte en ningún claro de bosque solitario y poético. Cuando vio sus ilusiones hechas humo, vino de visita con el comandante.

Viéndole tan activo, tan solicito, tan poseído de su papel de amo, me acometió un deseo punzante, que con dificultad logré reprimir, de preguntarle: «Vamos a cuentas, amigo mío: yo no dudo que amases entrañablemente a tu padre; pero si por un movimiento libérrimo y absolutamente secreto de tu voluntad pudieses resucitarle para entregarle de nuevo ese título y esa gran fortuna que ahora posees, ¿lo harías? ¡No mientas! ¿lo harías...?» Después de esto le he tropezado muchas veces en sociedad, saludado, acatado por todo el mundo.

Don Fadrique era ágil y fuerte, y nada ni nadie le inspiró jamás temor, más que su padre, á quien quiso entrañablemente. No por eso dejaba de conocer y aun de decir en confianza, cuando recordaba á su padre, después de muerto, que, si bien había sido un cumplido caballero, honrado, pundonoroso, buen marido y lleno de caridad para con los pobres, había sido también un vándalo.