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El convento no solamente sintetiza en Filipinas, la ciencia y el arte, sino que también el laboratorio, la enfermería y la granja-modelo. Sabido es cuan escaso es el personal de médicos y cuántas provincias están entregadas á la virtud de sus plantas, á la tradición de sus remedios y á los ungüentos y recetas del convento.

Lo que a me desagrada, o más bien me asusta, no son las mismas recetas, ya pronunciadas, ya escritas, en la tribuna, en el teatro, en los periódicos o en gruesos volúmenes, sino que la gente se apasione de lo que las recetas prescriben, mire en ello la más excelente panacea y se empeñe en aplicársela a la patria enferma, turbando el reposo de que necesita más que de nada para convalecer y recobrar la salud y el vigor antiguos.

Nota. El cual entra mañana en capilla. Cantad la salve de los presos». Aunque las recetas eran de burlas, no desestimaba Isidora la prudente lección contenida en ellas. Hizo propósito firme de trabajar, de poner en olvido ciertas cosas, originarias de su perdición, y de acortar los orgullosos vuelos de su alma.

Según me dijo el patrón más tarde, opinaba que yo era un verdadero sabio y se alegraba en el alma de haber tropezado conmigo, porque tenía muchas esperanzas de curarse con mis recetas. ¡Pobre señora! Héteme aquí, pues, en relación amigable, y bastante íntima, con aquellas monjas, gozando bien gratuitamente de opinión de médico sapientísimo.

Hácense odiosos a los bien entendidos, con el pueblo pierden el crédito, si alguno tuvieron, para admitir sus escritos y los vicios que arrojada e imprudentemente quisieren corregir en muy peor estado que antes, que no todas las postemas a un mismo tiempo están dispuestas para admitir las recetas o cauterios; antes, algunos mucho mejor reciben las blandas y suaves medicinas, con cuya aplicación, el atentado y docto médico consigue el fin de resolverlas, término que muchas veces es mejor que no el que se alcanza con el rigor del hierro.

Entretanto, la condición del tal Ben-Farding es llana y fácil por todo extremo; me trata como a su igual y camarada..." ¿Y la muchacha? prorrumpió el loco. La Sultana replicó algo amostazado el Sultán prosigue en su paroxismo, y yo aguardo tus infalibles recetas para verla en la completa posesión de su hechicero espíritu, de sus facultades casi sobrehumanas y de su celeste hermosura.

Al hablar de la manzanilla, importa recordar que la mayoría de plantas usadas en la antigüedad han sido separadas poco á poco de nuestras materias médicas, hasta el punto de caer en el mas completo olvido, ó cuando mas, relegadas á las recetas populares y á las madres de familia que las emplean en tisana é infusiones, guiadas por los groseros datos del empirismo; viéndose la medicina privada de las propiedades de los simples que el Creador ha esparcido con profusion alrededor nuestro, con sus variadas y especiales virtudes.

Es un palacio con una cúpula, donde dan recetas para que la gente rica pueda hablar bien. El comisario se incorporó en su sillón, impulsado por la sorpresa. Aquel taller de sabios á la orilla del Sena era sin duda la Academia Francesa; la casa de la cúpula, el Instituto; y el tal Anatole no podía ser otro que Anatole France. ¿Pero existe el tío Crainqueville? preguntó con incredulidad.

Estas palabras fueron dichas con sencillez y dulzura. Eran una de sus mejores y más estudiadas recetas, y tenía para ello un tonillo de convicción que hacía efecto grande en las inexpertas personas a quienes se dirigían. En Fortunata fue tan grande el efecto, que casi casi se le saltaron las lágrimas.

Saluda a todos el más novel de los maridos y el más feliz de los médicos. Ya no se reía Isidora de las cartas y recetas. Desde el día anterior estaba muy ensimismada, y hablaba muy poco.