United States or Malta ? Vote for the TOP Country of the Week !


Seguid mis pasos dijo el bufón entrando y cerrando la puerta ; cuidad de que subimos, seguid en derechura, ahora á la izquierda, ahora á la derecha: hemos subido; seguid recto; ahora bien dijo el bufón deteniéndose , tras ese tapiz, por cuya abertura se ve luz, os esperan. Adiós. El bufón se volvió. Don Juan entró. Cuando don Juan hubo entrado, el bufón se detuvo.

Haced lo que os plazca le dijo; pero cuidad que vuestra inadvertida juventud no os enderece por donde tal vez no queréis caminar. Don Diego será, como decís, harto infanzón, aun que de cepa gabacha y no española, sea dicho de paso; pero lo cierto es que ha sido agora traidor y aleve con su Rey.

Pues cuidad, don Francisco, en dónde ponéis los pies, porque palacio está muy resbaladizo. Como ando despacio, señor duque, nunca resbalo; como tengo los pies grandes me afirmo; cuando caigo no es que caigo, sino que me caen. Guarde Dios á vuecencia y le prospere añadió, viendo que el duque había abierto la puerta.

Ya veis, hijo mío agregó, que vuestro abuelo se ha marchado a tiempo. Bien se dice que en una buena olla puede hacerse un mal cocido. Cuidad vos agora, hijo mío, las palabras, y teneos muy quedo, por un espacio. ¿Y quién ha dado los nombres? preguntó Ramiro. Alguno será replicó el lectoral que no quiso ver a España destrozada otra vez por la revuelta, como en tiempos del Emperador.

Así pues, rigurosamente hablando, los mudéjares cordobeses que no gozaban mas que de una libertad á medias por no habérseles otorgado derecho alguno para permanecer en la cuidad, se hallaban en una situacion extralegal y anómala. Mr.

Aquélla que no se guarda á misma, no es guardada; y mujeres hemos visto muy honestas que por no cuidar de su nombre le han visto manchado sin motivo. La opinión es lo primero: cuidad de vuestra fama, porque cuando se habla de una mujer, nada le queda ya, y su misma inocencia no la consuela.

Cuidad de estar siempre ebrios, dijo el trágico Baudelaire al sentir el enorme vacío de su existencia, que fué gloriosa... más tarde, cuando una vida negra y una muerte de perro le arrojaron a la eternidad como un guiñapo muy glorioso, pero muy maltrecho y muy dolorido. En Madrid se come mal

Baudelaire escribió: «Cuidad de estar siempre ebrio de amor, de virtud o de vino». El reloj del poeta marcaba siempre la hora de la embriaguez. Sin embargo, Baudelaire no fué un beodo cotidiano a la manera de Verlaine.

Cuidad de mi hijo esta noche. Tened lástima de ». Capítulo XI Otro entreacto

Poe es aparte. Sus borracheras son fecundas, así como las de Paul Verlaine. Son lúcidos, con una maravillosa clarividencia, a través de las brumas espesas de la borrachera. Musset bebió románticamente para olvidar. No se podía ya embriagar «de amor ni de virtud» y se embriagó de ajenjo. «Cuidad de estar siempre ebrios», dijo Baudelaire.