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Al día siguiente escribía un artículo en que hablaba de ciencias ocultas, del espiritismo, etc.; inmediatamente vino una orden del gobernador eclesiástico suspendiendo las funciones, pero ya Mr Leeds había desaparecido llevándose á Hong Kong su secreto.

Convendrá así mismo se tome igualmente declaracion al caballero francés Mr.

Figúrate que cuando llegaron los barcos de Villeneuve carecían de víveres y municiones, y en el arsenal no se las quisieron dar. Acudieron en queja a Madrid; y como Godoy no hace más que lo que quiere el embajador francés, Mr. de Bernouville, dio orden para que se entregara a nuestros aliados cuanto necesitasen. Mas ni por esas.

El otro acto impolítico cometido por el General Otis, fue la publicación de la Proclama del 4 de Enero, estableciendo á nombre del Presidente Mr. Mac-Kinley la Soberanía de América en estas islas, con amenazas de ruina, muerte y desolación á todo el que no la reconociera.

La compañía de opereta francesa de Mr. Jouy daba su primera funcion, Les Cloches de Corneville, é iba á exhibir á los ojos del público su selecta troupe cuya fama venían hace días pregonando los periódicos.

La escuadra salía lentamente: algunos barcos emplearon muchas horas para hallarse fuera. Marcial, durante la salida, iba haciendo comentarios sobre cada buque, observando su marcha, motejándoles si eran pesados, animándoles con paternales consejos si eran ligeros y zarpaban pronto. «¡Qué pesado está D. Federico! decía observando el Príncipe de Asturias, mandado por Gravina . Allá va Mr.

Pregunté entonces al Cónsul qué ventajas concedería Estados Unidos á Filipinas, indicando al propio tiempo la conveniencia de hacer por escrito el convenio, á lo que el Cónsul contestó que telegráficamente daría cuenta sobre el particular á Mr. Dewey, que era Jefe de la expedición para Filipinas, y tenía ámplias facultades del Presidente Mac-Kinley.

Mientras los rutinarios ingleses exploraban de Este á Oeste, Kane se proponía remontar en derechura al Norte y tomar posesión de aquella concha inexplorada. Su proyecto llamó la atención general. Un armador neoyorkino, Mr. Grinell, dió generosamente dos embarcaciones, auxiliando la empresa las sociedades científicas y el público todo.

El P. Jesuita Jaime Planas los llama «negros aborígenes de Mindanao», opinión idéntica á la del jesuita P. J. B. Heras confirmada por el etnógrafo francés Mr. Montano. La etimología viene á corroborar esta opinión, demostrando que el nombre de dichos negritos se deriva de Banua tierra, país; mamanua «habitantes del país», con una trasformación fonética de b en m.

Está usted algo descompuesto y pálido. Muchos, apesar de la impresion, al ver la calma guasona del americano se rieron y Ben Zayb muy corrido volvió á su asiento, murmurando: No puede ser; verán ustedes como no lo hace sin espejos; tendrá luego que cambiar de mesa... Mr.