United States or Angola ? Vote for the TOP Country of the Week !


Acercóse al Rey, se le arrodilló delante, y dijo con gran energía: Señor: yo os juro, en nombre de vuestros mayores, que esta derrota aparente que hemos sufrido no es más que el preludio de la gran victoria que ha de poner remate á nuestra empresa. ¡Yo os lo juro! Despreciad las alusiones de Feliú, despreciadlo todo. Seguid; sigamos.

¡Oh! Matarás á doña Clara; puedes matarla... pero esa no es la venganza que necesitas... Seguid dijo Dorotea, con el alma helada, por decirlo así . Decidme, ¿de qué otro modo más horrible me puedo vengar? ¿De qué otro modo?

Que lleven al momento esta carta donde dice el sobre dijo el padre Aliaga ; vos, seguid acechando; si esos hombres salen antes de que lleguen dos ministros del Santo Oficio, les haréis seguir por el lacayo de palacio que creáis más á propósito. Muy bien, señor. Ahora, enviad recado á la señora doña Clara de Soldevilla, menina de su majestad, de que yo la pido licencia para verla.

Yo podría justificar, en un caso desgraciado, vuestra presencia en mi recámara; ¿pero cómo podría justificar mi ausencia de palacio, si por desgracia se notaba, ó mi presencia en un lugar extraño si un accidente cualquiera me descubría? Renunciad á ese peligrosísimo medio, y venid; seguid confiando en . MargaritaQuema esas cartas dijo la reina.

Es necesario que la dejéis en el rizo. La dejaré... pero tomad vos las de mi madre... Después, don Juan, después. ¿Queréis oírme? Seguid, señora. Cuando os pregunte alguien que por qué herísteis á don Rodrigo Calderón, inventad una mentira razonable... pero si el rey os preguntase por un acaso... No pienso que tenga ocasión de hablarme.

Vamos en busca de la tarima manifestó Elena secamente y echando a andar con una resolución que sorprendió a Núñez. Este, antes de seguirla, se volvió hacia los pastores: ¡Salud, amigos! Seguid cuidando fielmente de los puercos de vuestro señor. Aquí no ha habido puercos, caballero, hasta el día de hoy respondió el tío Leandro gravemente. Núñez le clavó una mirada insolente y escrutadora.

Aquel verle en su trono colocado, Y ahora por el suelo derrocado. Maldita seas, Fortuna, loca, insana, Ingrata, desleal y fementida, Cruel, injusta, pérfida, profana, Invida, desleal, desconocida, Traidora, sin verdad, perra, tirana; Mudable, sin compas, descomedida; Seguid de la Señora sus preceptos Que mas tiene de aquestos epitetos.

Habéis cumplido como yo esperaba de vuestra lealtad, Montiño dijo doña Clara ya con semblante más benévolo , y nada tenéis que temer: seguid ayudándonos y nada temáis. ¿Que os ayude yo, señora?... ¡yo, inútil, enteramente inútil! Ya sabemos lo que sois, y lo que podéis, y contamos con vos. Pero estáis inquieto, impaciente...

¿Pero nada me decís? ¿Ninguna señal vuestra me dais? ¡Ah! ¿queréis una señal? Tomad. ¿Y qué es esto...? Tomadlo. ¡Una joya! No, una señal. Y oíd: seguid guardando un profundo secreto acerca de vuestras dos aventuras conmigo. Vos no habéis estado en la portería de damas, vos no habéis oído nada.

Pues... mi mujer ha sido seducida por el sargento mayor don Juan de Guzmán. ¡Oh! ¡Don Juan de Guzmán enamora á vuestra mujer!... Seguid, seguid. Y mi mujer se ha dejado enamorar de don Juan de Guzmán. ¿Y qué tiene que ver eso...? Tiene que ver mucho. Don Juan de Guzmán es ó era servidor de don Rodrigo Calderón. ¡Ah!