Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 29 de junio de 2025
El oro mezclaba su aguda vocecita con aquel concierto de pasiones vulgares; y el choque de las piezas de veinte francos, más embriagador que los vapores del vino o el olor de la pólvora, emborrachaba a aquellos pobres cerebros y aceleraba los latidos de sus groseros corazones. En lo más fuerte del tumulto, se abrió una pequeña puerta que daba a la escalera, entre el piso bajo y el primero.
Es muy honrada, muy virtuosa dijo con amargura el millonario, Pero, para mí, como sí no existiera. ¡Ay, Luis; estoy solo! Yo creo que la vida debe ser otra cosa: tanta honradez es inaguantable. Llegaba hasta el jardín la vocecita de la hija de Sánchez Morueta, cantando al piano el Goizeko izarra, la invocación melancólica á la estrella de la mañana.
No le intimidaban, sin embargo, a ella los mugidos del buey Apis; incorporóse un poquito, y muy extrañada y ofendida, y con los claros ojos fijos siempre en el vacío, comenzó a decir con su suave vocecita algún tanto apurada: ¡Pero Martínez, por Dios, no se descomponga así!... ¡Se pone usted tan feo!... Preciso es que haya en eso alguna equivocación, algún quid pro quo, para que un hombre de su talento de usted diga semejantes desatinos... ¿Yo, camarera de la Cister... quiero decir, de doña Victoria?... ¿De dónde ha salido eso?
Habituados a verse, Jaime la saludaba con una sonrisa, y ella parecía contestarle tímidamente con el brillo de sus ojos. Una mañana, al salir de su cuarto, encontró a la inglesita en un rellano de la escalera. Inclinaba su busto de muchacho sobre la barandilla. ¡Lift!¡lift! gritaba con su vocecita de pájaro, avisando al encargado del ascensor para que lo subiese.
¡Oh! ¡Es usted militar carlista! exclamó con vocecita dulce y sonriendo. ¡Cuánto me alegro de conocerle! ¡Pobrecito! ¡pobrecito! No dejó de sorprenderme aquella compasión tan prematura, cuando yo no había narrado en su presencia desgracia alguna, ni siquiera había abierto la boca. Señora, la alegría y el honor son míos pronuncié algo turbado.
Sonrió Elena levemente de su temor, al mismo tiempo que susurraba con una vocecita melancólica: La vida es así; se fijan en nosotras los hombres que no deseamos, y en cambio aquellos que nos interesan huyen casi siempre. Al oir esto volvió el joven á levantar su cabeza, mirándola sin miedo alguno, con una expresión interrogante... ¿Qué es lo que intentaba decir aquella mujer?
Detuviéronse todos a su vista, quedando cada cual en su sitio en el más profundo silencio. Volvió entonces el niño hacia el cuadro de la Virgen sus grandes ojos azules, rebosando candor y pureza, y con vocecita de ángel comenzó a decir : Dulcísimo recuerdo de mi vida, Bendice a los que vamos a partir... ¡Oh Virgen del Recuerdo dolorida, Recibe tú mi adiós de despedida, Y acuérdate de mí!...
Olvidado siempre de sus piernas, o equivocado sobre su valor intrínseco, avanzó hacia la puerta pisando muy fuerte, la abrió y gritó como un trueno: ¡Doña Tula! ¡doña Tula! Al instante se oyó una vocecita lejana: ¿Qué se ofrece, don Oscar? Tenga usted la bondad de venir un instante volvió a decir el cíclope-enano. En seguidita.
Ella se imaginará enamorada, dichosa, creyéndole un hombre de talento, una perfección. Para quererse con esa inconsciencia... Oh, en realidad, ¡qué despreciable, qué tontería es el amor! ¡Dios mío! Un tropel de muchachas entró en el saloncito, alegremente, seguidas por un joven muy elegante y fino, que las llamaba por sus nombres con vocecita amaricada.
Aquella misma noche, casi en el momento de cerrar, entró a comprar cigarros el dependiente mayor de la casa editorial y, trabando conversación con Cristeta, le dijo sin rodeos ni ambages: ¡Ni que lo hubiera usted hecho adrede! ¡Vaya una vocecita que ha sacado usted esta mañana mientras se peinaba! En fin... ¿quiere usted salir al teatro?
Palabra del Dia
Otros Mirando