Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 3 de septiembre de 2025
Trapos multicolores ostentaban entre banderas el mismo rótulo en honor de la Señora de Vizcaya. Las gentes mirábanse con aire hostil; la población, dividida en dos bandos, parecía estremecerse en este ambiente de acometividad. Los vecinos de la villa contemplaban con simpatía ó con odio á los grupos de campesinos y de obreros, según eran sus creencias.
Pero llegó un día en que, estando acampados en Jarahueca, las tropas al mando del coronel Valiente y el capitán Amiell batieron rudamente á la partida, y aquello fué un "sálvese quien pueda", por lo que Ferreiro decidió abandonar su alta jerarquía militar y volver otra vez á la legalidad, realizándolo dos días después á unas seis leguas de Guantánamo, y presentándose acto seguido á las autoridades militares de esta villa, á las cuales hizo el relato de su odisea.
Dirigia y gobernaba á los rebeldes en esta ocasion, un indio de baja estraccion, llamado Pascual Alarapita, de la provincia de Pária, que echádo de su patria por delincuente, emprendió y logró con la mayor rapidez la conquista de algunas provincias, llenándolas de horrores y confusion, con los sangrientos destrozos, incendios y latrocinios que egecutó en todos los pueblos, juntamente con Isidro Mamani, que traia de subalterno, y de tan perversas costumbres como su gefe: pero este fué preso por los indios del pueblo de Acora el dia despues del ataque de Pano, quienes lo entregaron en aquella villa con dos capitanes suyos, que tambien arrestaron.
Unicamente si mis negocios se arreglasen volvería allá. No tengo más casa que la de aquí, una «villa» que compré en mis buenos tiempos. No sonrías; está hipotecada dos veces: cualquier día me echarán de ella.
La importante casa comercial "La Princesa", de González y Hnos., obsequió al comandante Castillo y oficiales con una suculenta comida, celebrando según allí se decía el comienzo de la paz, pues Lacoste era el que había armado el revolico. Al igual que en Jamaica, la villa de Guantánamo estaba animadísima.
Toda la villa semejaba una inmensa mudanza: de los chalets, desalquilados ya, desaparecían los adornos y balconadas, para evitar que los pudriesen las lluvias; en las calles se amontonaban la cal, el ladrillo para las obras de albañilería, que nadie osaba emprender en verano por no ensuciar las pulcras avenidas.
Todas las casas que veía se le antojaban la villa Dandolo, pues en realidad se parecen mucho unas a otras en la isla. Cuando el cochero le señaló un tejado de pizarras oculto entre los árboles, se apretó el corazón con ambas manos. Consultaba con gran atención la fisonomía del paisaje para ver si le anunciaba la gran noticia que ardía en deseos de conocer.
Pero estas aficiones, al ser trasmitidas, sufrieron alguna modificación, como sucede casi siempre en tales casos. D.ª Rosario alimentaba su inclinación á las flores regando los crecidos y frescos claveles y geranios de sus tiestos. Octavio desdeñaba estas flores por vulgares y mentaba á menudo en su discurso otras exóticas, totalmente desconocidas para los habitantes de la villa.
Felipe III estaba ocupado en examinar con su montero mayor una magnífica escopeta de dos cañones que acababa de regalarle respetuosamente la muy noble y leal villa de Eibar. ¡Eh! vienes á tiempo dijo el rey al ver al duque ; tú que eres aficionado, ¿qué te parece este arcabuz de caza? Mira qué llaves, Lerma: una invención, una verdadera invención.
Y en efecto, allí acudían todos los capitanes y pilotos que hacían escala en la villa. Su admiración a veces, rebasando un poco los límites de la gravedad británica, les impulsaba a aproximar demasiado las luengas barbas rubias al rostro de alguna bella. ¿Usted es bobo, cristiano? preguntaba ella poniéndole la mano en el pecho y rechazándole con fuerza.
Palabra del Dia
Otros Mirando