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Actualizado: 3 de septiembre de 2025


Emprendimos, pues, la retiraaa; y ya, desde aquel momento hasta la mañana siguiente, que llegamos á esta Villa y Corte, no hicimos más que recapitular nuestras impresiones de Salamanca..... He aquí un sucinto resumen de las mías.

Tablas, yo vengo a que usted me haga el favor de proporcionar a uno de esos cinco sujetos los medios de fugarse, porque corre el run run de que les van a fusilar. ¿Es pariente de usted? señor. ¿Usted ha estado empleado en la cárcel de Villa? señor. Usted favoreció la escapatoria de Olózaga. , señor. Usted podrá hacer ahora otro tanto. señor.

Desde allí, después de celebrar siempre una larga y erudita conferencia, frente a los caballos, con parte teórica y parte práctica, salían a pasear su figura y sus profundos conocimientos por la villa, unas veces cabalgando en briosos corceles, otras en una linda charrette, Pablito guiando, Piscis a su lado fijo y absorto en la contemplación amorosa de los traseros de los caballos.

El 5 de octubre, pocos minutos antes de mediodía, el estampido de un arma de fuego y gritos confusos salidos de la villa Cyclamens, situada en mitad del camino de Lausana a Ouchy, interrumpieron violentamente la habitual tranquilidad del lugar y atrajeron a los vecinos y transeúntes.

Una cómoda carretera facilitaba la subida desde este punto á la población, y desmontes, murallas y demarcaciones, anunciaban nuevos proyectos de considerables reformas. Lo mismo que el de la villa, el carácter de su sociedad era nuevo para .

Poco a poco me iba serenando. Allá, en el fondo, estaba quizá contento por haber sacudido de los hombros el tremendo cuadro sinóptico de don Oscar. Las noches eran calurosas, asfixiantes. Cuando no iba a casa de Anguita, después que dejaba al amigo Villa, me agradaba dar vueltas por la ciudad en espera de las once, a pasos cortos y lentos, arrastrando los pies.

Ayer, domingo, fui a almorzar a la «Villa Sol» y a ponerme a la disposición de Elena para la visita proyectada a la Briffarde. Lautrec almorzó también en casa de Lacante y se ofreció a acompañarnos al campo Quemado. Luciana, fiel a su promesa, llegó en el momento en que íbamos a ponernos en marcha.

Hallábase el P. Vice Provincial Luis de la Roca el año de 1715 visitando el Colegio de Tarija, de paso para las Misiones de los Chiquitos, cuando llegaron á aquella villa mensajeros de algunos pueblos de los Chiriguanás pidiendo fuesen Padres á sus tierras á predicarles nuestra santa y ministrarles el santo bautismo.

Y en verdad os digo, señores -prosiguió el cabrero-, que ayer determinamos yo y cuatro zagales, los dos criados y los dos amigos míos, de buscarle hasta tanto que le hallemos, y, después de hallado, ya por fuerza ya por grado, le hemos de llevar a la villa de Almodóvar, que está de aquí ocho leguas, y allí le curaremos, si es que su mal tiene cura, o sabremos quién es cuando esté en sus seso, y si tiene parientes a quien dar noticia de su desgracia». Esto es, señores, lo que sabré deciros de lo que me habéis preguntado; y entended que el dueño de las prendas que hallastes es el mesmo que vistes pasar con tanta ligereza como desnudez -que ya le había dicho don Quijote cómo había visto pasar aquel hombre saltando por la sierra.

El chino le explicó entonces que en aquella villa había una enfermedad, por desgracia muy común, que se llamaba cerdofalgia, y que consistía en la trasfiguración del hombre en cerdo. De ahí la inmensa cantidad de cerdos con que tropezaba en las calles.

Palabra del Dia

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