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Actualizado: 11 de mayo de 2025
Que desde luego diese Andronico las Provincias de la Asia en feudo á los Ricos hombres, y caballeros Catalanes y Aragoneses, con obligacion que siempre que fuesen llamados y requeridos por él, ó por sus sucesores, acudiesen á servirle á su costa, y que el Emperador no estuviese obligado á dar después de la conclusion de este trato sueldo á la gente de guerra, solo les habia de socorrer cada un año con treinta mil escudos, y con ciento veinte mil modios de trigo, dándoles el dinero de las pagas corridas hasta el dia de este concierto.
Había abandonado el brazo del asiento y estaba de pie frente al príncipe. Esto hizo un gesto de cansancio. Le aburrían las palabras de Atilio, aquella historia infantil del tren, del soldado rojo y de la invitación insolente. Eso sólo podía conmover á doña Clorinda; él tenía asuntos mas inmediatos en que pensar. Ya que se negaba á servirle, podía dejarlo solo.
El doble resultado de todo esto es que la tranquilidad no es ya fruta de mi huerto, y que, además, los viajes a la casa de Dios van dejando la mía sin barrer. El celo mimoso y lleno de pequeños cuidados con que antes se atendía a mi padre, es hoy prisa por acabar pronto de servirle y correr a lo que Tirso recomienda.
Isidro comprendió que el personaje había llegado por fin adonde quería. Adivinábase en su rostro la placidez de haber soltado una proposición vergonzosa que era su tormento. El joven aceptó con breves palabras. ¿En qué había de consistir su trabajo? Estaba dispuesto a servirle, muy agradecido de que se fijase en él.
Sintió pasos detrás de él, volvió la cara, vio a Tiburcio que le seguía dispuesto a ayudarle, y con mirada expresiva se lo agradeció sin pronunciar palabra. No era menester que la pronunciase; Tiburcio lo había adivinado todo y se puso delante de Morsamor, como para servirle de guía. Así llegaron a la cámara, donde yacía muerto Abdul ben Hixen. El humo era sofocante.
Cuando vio don Fermín a Petra tan propicia para servirle por dinero, sintió más y más haber comenzado por el camino absurdo, vergonzoso de una seducción... ridícula.
Ya sabe usted que yo deseo servirle, pero como no soy el dueño... ¿A ver el frac? Respiró el joven, sonriose el corredor; tomó el atribulado cinco pesos, dio de ellos uno y firmó diez y seis, contento con el buen negocio que había hecho. Dentro de tres días vuelvo por ello. Adiós. Hasta pasado mañana. Hasta el año que viene. Y fuese cantando el especulador.
Si yo les juro que Quilito... digo, ese joven, no me ha dicho nada de particular; además, no volveré a hablarle. Bueno, ya se acabó dijo don Bernardino; venga acá mi Nanita querida a abrazar a su papaíto. Susana no renunció, sin embargo, a su idea de reconciliación; ya les catequizaría poco a poco. ¿De qué había de servirle, entonces, la grande influencia que ejercía sobre sus padres?
Navarro debió principalmente su venturosa escapatoria, a la condescendencia o complicidad de la gente menuda, siempre venal; de modo que Salvador no se arrepintió de haber recurrido al buenazo de Pedro López, ni este se arrepintió de servirle, porque, habiendo cobrado en moneda corriente sus estipendios y el importe de todos los gastos, pudo ofrecer a la iracunda Nazaria parte del caudal que le había derrochado.
El culto de esos insoportables viejos ha dejado también cerca de aquí, en un sitio solitario, romántico, pintoresco, etcétera, un monumento, ante el cual las personas predispuestas al éxtasis, tienen por costumbre desmayarse: he pensado que tendría usted placer en dibujarlo, y como el sitio no es fácil de descubrir, he resuelto servirle de guía, no pidiéndole en recompensa sino que me evite las explosiones de un entusiasmo al que no podría asociarme.
Palabra del Dia
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