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Actualizado: 9 de julio de 2025
No obstante, sin convertirnos en genios como hacían nuestros antepasados en los tiempos fabulosos, podemos, paseando tranquilamente por los campos cultivados ó las áridas lomas, reconocer en la superficie del suelo los indicios que revelan el curso del oculto arroyo.
Por último, la Bolsa, el Banco nacional y los monumentos de las plazas de Lóndres revelan todo lo que hay de opulencia y de gloria, de culto á la riqueza y al patriotismo en ésa nacion maravillosa. Todo eso es magnífico, y á cada uno de esos monumentos consagraré algunas pinceladas.
Pero lo mejor que ha hecho Moreto, la obra que basta para darle inmortal renombre, es la comedia de El desdén con el desdén. Es una composición dramática de la mayor delicadeza y perfección, en la cual se encuentran reunidas profundidad psicológica y verdad de la pintura del alma con un enredo complicado é interesante, y el esmero más nimio y agradable en los detalles, con una combinación de extraordinario efecto dramático en todo su conjunto. El tema que sirve de base al drama (la desaparición del desdén de una mujer por fingirlo mayor su amante) era ya muy conocido en el teatro, particularmente en Los milagros del desprecio y en La hermosa fea, de Lope, no habiendo ya dudas de ningún género de que estas obras inspiraron á Moreto el primer pensamiento de su comedia (debiendo suponerse también que tuvo presente la de Tirso de Celos con celos se curan); pero este cargo contra él no tiene valor alguno, si se tiene en cuenta que su superioridad en dicha obra es tan grande, que aventaja extraordinariamente á las citadas. Partiendo del supuesto de que el argumento de esta comedia es conocido en todos los teatros de Europa, así como su estructura y combinación dramática, nos limitaremos á hacer algunas indicaciones que prueben la delicadeza de su gusto al imprimir nueva forma en esos materiales preexistentes. Su objeto es demostrarnos que una mujer de carácter frío y opuesta con toda su alma al matrimonio, puede variar de sentimientos y dar entrada al amor en su corazón, poniendo su orgullo en movimiento. Con este fin nos ofrece á la princesa Diana rodeada de tres adoradores: dos de éstos se empeñan vanamente en captarse su favor, tributándola todos los homenajes posibles de la galantería; no así el tercero, el príncipe Carlos, que emprende para lograrlo, por consejo de Polilla, su astuto criado, el buen camino de disimular su amor bajo la máscara de la indiferencia, y de combatir al orgullo con el orgullo. La vanidad de Diana se ofende de la frialdad del Príncipe, provocándola á inflamar su amor para vengarse después del vencido y ponerle en ridículo. Carlos no se muestra muy decidido á desempeñar bien su papel; cree vislumbrar en los artificios de la Princesa verdadera inclinación á él, y le declara su pasión. Diana agobia á burlas al presumido; pero éste, conociendo su yerro, pone de nuevo en ejecución su antiguo plan, y le dice que tan discreta Princesa habrá comprendido que él, lo mismo que ella, sólo ha jugado caprichosamente con un sentimiento, ajeno á su corazón por completo. Esta explicación hiere en lo más vivo el orgullo de Diana, y su empeño en humillar al Príncipe se convierte poco á poco en verdadera pasión; emplea sucesivamente todos los medios, eficaces á su juicio, para inspirar á Carlos amor; pero éste, costándole mucho trabajo dominarse, no se despoja de su máscara de indiferencia. Después que Diana ha apurado todos sus recursos para conquistar su corazón, apela con el mismo objeto á los celos, y le declara que está decidida á complacer á sus padres casándose con el príncipe de Bearne. Carlos, sabedor por su criado del fin verdadero que se propone la Princesa, se muestra tan impasible como antes, y le replica que él ha tomado una resolución análoga, puesto que se propone dar su mano á la bella Cynthia, dama de la Princesa. Esta respuesta pone fuera de sí á Diana: sus celos y su malevolencia revelan la llama que la abrasa. Carlos cree entonces que la victoria es ya suya. Para obligar á Diana á revelar con franqueza sus sentimientos, hace saber al príncipe de Bearne que ha sido el elegido para esposo por la Princesa. En el momento en que el afortunado galán comunica al padre de Diana la resolución de su hija, se presenta ésta en el fondo de la escena. Sólo Carlos la ve atisbando, y declara que, si bien se estimaría feliz de poseer la mano de Cynthia, deja la decisión de este asunto á la voluntad de Diana.
Debajo de ellas sus luminosos cabellos, semejantes á una sombría lámpara de noche, lanzan misteriosos rayos de esmeralda y otros colores que, relumbrando ó palideciendo, revelan un sentimiento y cierto misterio inexplicable.
Ni la Alhambra, ni el Alcázar de Sevilla, ni la Giralda, ni otro monumento de la arquitectura sarracena, revelan en España con tanta energía esa tendencia á lo poético y maravilloso y á lo grande en la sencillez de concepcion y formas, que distinguió las obras de los Moros en la península.
Allí no reinan sino la industria y el comercio, y los recuerdos históricos apenas se revelan, con relación á la época de los Arabes ó Moros, en la estructura general de la ciudad, en algunas artes tradicionales, en muchos rasgos curiosos aunque de poca importancia, y sobre todo en el mar y el cielo.
Sus formas corporales, idénticas á las de los Moxos, son algo mas rollizas y no tan desvahidas; tienen la espalda ancha, y sus fornidos miembros revelan la fuerza, sin estar espuestos á la obesidad. Las mugeres guardan las mismas proporciones que se advierten entre los Moxos.
Tal era el concepto que de la pintura tenían los escritores sagrados y los tratadistas especiales. Estas doctrinas arraigaron con tal fuerza que un siglo más tarde todavía se revelan en rasgos de superstición y fanatismo.
En esas noches serenas De Diciembre delicioso, Cuando entregada al reposo La tierra parece estar, Y cuando la blanca luna Cruza el ancho firmamento, Absorto en mi pensamiento Yo me complazco en vagar. Miro brillar en el cielo Las estrellas encendidas, Letras de luz esparcidas Por la mano del Creador, Que en inefables palabras Revelan nuestro destino, Y señalan el camino Del audaz navegador.
El poder creador, que revelan estas poesías, excita en alto grado nuestra sorpresa; y hasta algunos autos, que adolecen de ciertos defectos, ya apuntados, nos admiran también por otras muchas bellezas.
Palabra del Dia
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