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Actualizado: 19 de junio de 2025
Alli con rabia y con mortal despecho El Otomano orgullo vió su brio Hollado y reducido á pobre estrecho. Lleno pues de esperanzas, y vacio De temor, busqué luego una fragata, Que efetuase el alto intento mio. Quando por la, aunque azul, liquida plata Ví venir un bagel á vela y remo, Que tomar tierra en el gran puerto trata.
Finalmente, los vientos, siempre contrarios, les obligaron á caminar á fuerza de remo; y unas veces por encallar el barco en la arena, se veían obligados, para que desencallase, á alejarlo, transportando la carga á la ribera; y otras, dando en los escollos, les hacía andar en continuo susto y sobresalto.
Pero notaba yo que no se valía más que de un brazo para agarrarse, y no sacaba el otro hacia el remo, ni le movía para ayudarse. «¡Anade y atráquese le gritaba yo, hasta que llegue á darle una mano, que dispués ya podrá agarrarse á la lancha!. ¡Qué más quisiera yo que poder anadar, retiña! me respondió. Pues ¿por qué no puede? Porque me jalan mucho los calzones.
Su configuracion, determinada por el inmenso arco de sus murallas, cuya cuerda es la línea del Rin; la mole estupenda de su catedral; las puntas sobresalientes de las torres de sus 28 iglesias; el singular aspecto de su largo malecon y sus muelles, dominados por edificios modernos de grandes proporciones y separados de las calles por una muralla irregular; su hermoso puente del ferrocarril, y el de barcas, que mide 469 metros de longitud y comunica la ciudad con su arrabal de Deutz, fortificado; el gran movimiento de vapores y botes de vela y remo, y de carros y mercancías, que reina en el rio y los malecones; en fin, la belleza de la fértil llanura que rodea la ciudad: todo eso le da á Colonia un aire que interesa y predispone favorablemente el ánimo del viajero.
No soplaba el viento muy en su favor, pero el piloto Fréitas y sus ágiles marineros le dominaban y aprovechaban con diestras maniobras. A pesar de la niebla, descubrieron de repente un esquife que se recataba de ellos y procuraba huir. Echaron entonces al agua el de la nave, en el que izaron la bandera portuguesa, y a todo remo dieron caza y alcanzaron al que huía.
La barca que saliera daría la voltereta antes de mover un remo. A ver: ¡gente que me siga! Hay que salvar a esos pobres. Era la voz ruda e imperiosa del capitán Llovet. Se erguía sobre sus torpes piernas, la mirada brillante y fiera, las manos temblorosas por la cólera que le infundía el peligro.
Se llama de nombre tío Miguel; pero responde á todo el mundo por el mote de Tremontorio, corruptela de promontorio, mote que le dieron en su juventud por su gigantea corpulencia y por su vigor para tirar del remo contra corrientes y celliscas. Á la edad que cuenta, lleva hechas dos campañas de rey; es decir, le ha tocado la suerte de servir en barco de guerra, dos veces, á cuatro años cada una.
Si se compara el desastre de los Gelves con el de la Armada invencible, ocurrido en 1588, parecerá algo menor la pérdida de material en el primero, sin otra consideración que el valor comparativo de construcción de galeras y naos, y el mayor número de piezas de artillería que las últimas llevaban; la diferencia no es, sin embargo, de mucha importancia, y se nivelaría á tomar en cuenta el valor intrínseco de los esclavos y cautivos perdidos que andaban al remo.
Pero ¡cuánto no crecería su asombro cuando oyó una voz agria que le decía: «A vos, don Pedro, intimamos...» No pudo decir más, porque el rey, echando centellas por los ojos, sacó la espada, aguijoneó el caballo y se arrojó al agua sin reflexionar lo que hacía. ¡Cuál no sería el terror del pájaro negro! Dejó caer los papeles, se apoderó del remo y se puso en salvo.
Antes, en mi infancia, ya era otra cosa. Entonces, como los demás, yo temblaba durante la velada oyendo esos bellos relatos, y ahora, hermosa patrona, hago tanto caso de ellos como de un remo roto. Pero ella ha querido que viniese a hacerme decir la buena ventura antes de hacerme a la mar. En fin, vamos a empezar; ¿está usted dispuesta, señora? Este señora arrancó a Ivona una mueca horrible.
Palabra del Dia
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