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Si en su recinto es interesante Ambéres, fuera de sus fortificaciones ofrece á la vista del viajero objetos importantes. En su primoroso Jardin Zoológico, uno de los mas bellos y mejor surtidos y mantenidos en Europa, los Amberéses han probado su particular aptitud para esa clase de establecimientos.

En estos cantos ya aparece hablando el centinela, que avisa á los amantes la llegada de la aurora; ya el caballero, que, después de proferir los más tiernos juramentos, se arranca á duras penas de los bellos brazos de su amada; ya la dama, que se opone á la despedida de su amante .

Es una ciudad cercada de murallas, feísima y repugnante en su parte muy antigua, pero graciosa y alegre en su parte moderna. Tiene dos bellos paseos con arboledas, uno interior y otro exterior, y algunos buenos edificios notables por su arquitectura, como el hospicio, el teatro y la casa municipal. La Plaza nueva es bonita y curiosa por su elegancia y simetría.

No contestó; como si hubiera querido cortar algo hendiendo el aire hizo girar silbando alrededor de su cabeza un fino junco que llevaba en la mano. Luego, continuó fustigando en el vacío con vehemencia extrema y añadió: ¡Si pudiera leer en sus ojos un o un no!... Jamás he visto otros ni más atormentadores ni más bellos, excepto los de mis dos primas que no me dicen nada.

La pobre niña, sin comprender qué significaba aquel cambio, sintió su pequeño corazón apretarse; exploraba con sus bellos ojos profundos los semblantes y trataba de descifrar el enigma que guardaban. Se hizo más grave, más recelosa, más tímida. Y como viera que le negaban los juguetes o las golosinas que antes le otorgaban a manos llenas, se abstuvo de pedirlos.

Los mas bellos monumentos de Europa estaban dentro de tu recinto; las mejores calzadas conducian á tus soberbios muros; los mas vistosos campos se estendian á tus pies como una alfombra.

Al entrar en aquella casa y ver aquellos objetos deteriorados por el tiempo, bellos aún en su miseria, el visitador se sentía sobrecogido de estupor y veneración.

¡Va el corcel de mis versos...! Da a los aires sus crines de metáforas nuevas y de símbolos bellos; sus relinchos rimbomban como fieros clarines y sus cascos galopan despidiendo destellos. El corcel de mis versos es rebelde a los frenos porque sabe que ahogan como en flor su carrera; y en su fuga brillante por los cielos serenos, no es Pegaso con alas, sino roja bandera...

No las llevaba siempre puestas, colocándoselas tan sólo en su despacho, o en casa de sus clientes, cuando tenía que leer alguna escritura. No es necesario decir que los lunes, miércoles y viernes, al entrar en el templo de la danza, tenía muy buen cuidado de desenmascarar sus bellos ojos. Ningún cristal bicóncavo velaba en semejantes ocasiones, el brillo encantador de sus pupilas.

He sido un insensato... Ha hecho usted bien en cobrarme de pronto ese aborrecimiento que me están revelando sus bellos ojos... ¡Miserable de , he aspirado a lo que me era tan superior!