Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 5 de mayo de 2025
Mi sobrino... perdonad, la costumbre hace equivocarme. Equivocáos siempre; llamad siempre á ese joven vuestro sobrino. Pues bien, mi sobrino ha obrado como un valiente, y yo como bueno y leal. No lo dudo... y por lo mismo debéis manteneros en vuestra honrosa lealtad, diciéndome cuanto sepáis de ese Cornejo. Por el amor de Dios, señora, que no pronunciéis después de esto mi nombre para nada.
Perdonad... pero quiero antes deciros cómo he trabado conocimiento con el inquisidor general. ¿Es el inquisidor general quien os envía? Sí, señora. ¿Pero sois ó érais de la Inquisición?
¿Quién ha de ser, pesia mí, sino vuestro Tristán el ladrón, Tristán el bandido, que no contento con haberme dejado casi en cueros vivos, volvió para llevárseme el sayal, como si un cristiano pudiera andar por el camino público con este camisín. ¡Me ha robado mi hábito, mi hábito! Perdonad, buen hombre, el hábito era suyo.... Corriente, pues que se lo lleve todo.
¿Pero qué amor es ese?... un amor de dos horas. ¡Ay, don Francisco! en dos horas... menos aún, en el punto en que la vi... ¿Luego la habéis visto? Sí. ¿Dónde? Perdonad, no me pertenece el secreto. Guardadle, pues; pero entendámonos: ¿decís que habéis visto á esa dama? Dadme sus señas. No puedo daros seña alguna, porque fué tal el efecto que me causó su hermosura, que cegué.
Podéis acabar de perderme. ¡Yo! Sí, vos: debéis ser muy hermosa, señora, y muy principal, y hallaros metida en un gran empeño. Explicadme... Os siento apoyada en mi brazo, y ¡Dios me perdone!, pero quien tiene tan hermoso brazo, debe tenerlo todo hermoso. En la tierra de donde venís, ¿se acostumbra á abusar de las mujeres, caballero? ¡Ah!, perdonad: yo no creía...
Flavia lanzó un ligero grito y se apartó de mí rápidamente. La frase que mis labios habían comenzado quedó interrumpida. Sarto, pues era él, se inclinó profundamente, grave y sombrío. Perdonad, señor dijo, pero Su Eminencia el cardenal espera hace un cuarto de hora, deseoso de ofrecer sus respetos a Vuestra Majestad antes de partir. No es mi voluntad hacer esperar a Su Eminencia repuse.
Sí por cierto, porque yo... que he tenido gran parte en el estado en que se encuentra don Rodrigo Calderón; yo, que he venido á la corte para mucho, necesitaba tener asido á su excelencia; ningún asidero mejor que vos... Muchas gracias dijo dolorosamente Dorotea. Perdonad, que si yo hubiera sabido lo que iba á resultar... hubiera hecho más para que os hubiérais empeñado por mi amigo.
¡Ah! señora, perdonad... pero... permítame vuestra majestad que vaya al momento... le he creído perdido... son esos hombres tan infames... y... ¡le amo tanto! Espera, espera... serénate, tranquilízate, Clara, amiga mía: no ves que yo me sonrío, que estoy contenta. ¿Cómo podía estarlo si te amenazase una desgracia? ¡No corre peligro su vida! No, ni mucho menos... Y entonces, ¿qué hay que temer?
El joven se puso la daga y la espada en el talabarte, y dió las gracias al alcaide. Perdonad, caballero dijo el alcaide al ver que los dos esposos seguían hacia la puerta ; pero quisiera que antes de salir miráseis esta cuentecita. Y presentó un papel á don Juan.
En una dama No apruebo vuestro argumento, 1040 Si es el alma el movimiento Que á cuantos los miran llama, Y si al cielo en su azul velo La serenidad cuadró, Á el sol y á la luna no, 1045 Que son los ojos del cielo; Porque éstos siempre se mueven. Perdonad á la canción No ser de vuestra opinión: Tanto los versos se atreven. 1050 Díganse á varios sugetos, Como quedó concertado. DO
Palabra del Dia
Otros Mirando