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Actualizado: 19 de junio de 2025
Mas el P. Arce, después de sus ordinarias ocupaciones en ayuda de los prójimos, luego que se ponía en presencia de Dios en la oración, estaba tan dentro de sí, que todo lo que no era Dios lo dejaba lejos de sí; y sé de persona fidedigna, testigo de vista, que le veía orar delante del Santísimo Sacramento, que observaba en el Padre tan devota compostura, y tal inmovilidad de cuerpo y de sentidos, que le compungía no poco y ayudaba para atender con mayor devoción á este santo ejercicio; bien que su orar y estar en la presencia de Dios, no se reducía á horas determinadas, sino que jamás perdía de vista aquel infinito bien, de suerte que estaba todo en lo que hacía, y todo en aquél por quien lo hacía, no solamente obrando por amor sino amando en el mismo obrar; y cualquiera que fijaba en él los ojos lo conocía manifiestamente.
Precisamente es necesario que no lo sepan, interrumpió muy bajo Tragomer. ¿Entonces, han traído ustedes á ese pobre muchacho? Está á bordo de nuestro barco. ¿En el Támesis? Delante de los Docks. Su madre y su hermana van á verle mañana mismo; para ello han llegado ocultamente á Londres, pues su presencia aquí daría mucho que pensar y sólo obrando misteriosamente podemos lograr nuestra empresa.
¡No; no, señor! intenciones de más que eso he tenido... ¡pero quiero tanto á mi mujer!... á la pobre han debido darla algún bebedizo. ¿Ha podido sospechar vuestra mujer que conocéis su falta? No; no, señor. Pues bien, seguid obrando en vuestra casa como si nada supiérais. Sí; sí, señor. ¿Qué pretende el duque de Lerma de esa doña Ana?
¡Oh! exclamó ; ¡la gratitud de las mujeres! las mujeres no saben tener por un hombre un afecto profundo, sin que aquel afecto las lleve al amor... ¡si al verse salvada de un peligro por ese joven!... pero en todo caso... si nunca ha estado ese joven en Madrid... si anoche le vió ella por primera vez, no puedo suponerla tan liviana que... aún hay tiempo... indudablemente... obrando con sagacidad y energía podrá evitarse... pero si todo esto no fuese más que una locura de Montiño... una exageración de mi recelo...
La Dorotea, destrenzados los cabellos, desarreglado el traje, iba de acá para allá pálida, sombría, llorosa, sin acuerdo de lo que hacía, obrando maquinalmente, irritada, poseída por una pasión tremenda. No vió ni al tío Manolillo ni á Montiño.
»Pensando y obrando de este modo, no perdió la confianza y el valor que le animaban ni por un solo instante; sólo él daba alientos a nuestro abatido espíritu, y hacíanos concebir las más halagüeñas esperanzas. »Algunas veces le veía ceder, a su pesar, a la inquietud, al dolor; pero estos momentos eran pasajeros, y en breve recobraba su serenidad y sonreía ocultando su pena.
Respecto al duque de Lerma, seguid sirviéndole de la misma manera que le habéis servido hasta aquí. ¿Pero no me habéis dicho que peco sirviéndole de ese modo? Si antes pecásteis obrando así, ahora que persistiendo en esas obras serviréis al rey, hacéis una obra meritoria. ¡Ah!
Decía así Felipe IV a su embajador en Roma el Duque del Infantado: «He visto vuestra carta de 6 de Noviembre del año pasado, en que me dais cuenta de lo que iba obrando Velázquez, en lo que tiene a su cuidado, y pues conocéis su flema, es bien que procuréis no la ejecute en la detención en esa corte, sino que adelante la conclusión de la obra y su partencia cuanto fuere posible, y de manera que para últimos de Mayo o principios de Junio pueda hacer su pasaje a estos reinos, como se lo envío a mandar si estuviere con disposición dello la obra, y así os lo encargo, y que en orden a esto le asistáis cuanto fuere posible, que para mayor facilidad dello envío a mandar al Conde de Oñate, le asista con el dinero que le hubiere dejado de enviar, según lo que necesitare, porque no tenga excusa ni pretesto que pueda obligarle a diferirle, y porque juntamente le he mandado que haga venir a esta corte a Pedro de Cortona, pintor del fresco, y que para ajustar la forma en que esto hubiere de ser, se valga de nuestra autoridad.
11 Hasta esta hora hambrientos, y tenemos sed, y estamos desnudos, y somos heridos de golpes, y andamos vagabundos; 12 y trabajamos, obrando con nuestras manos; nos maldicen, y bendecimos; padecemos persecución, y sufrimos; 13 somos blasfemados, y rogamos; hemos venido a ser como la basura de este mundo, inmundicias de todos hasta ahora. 16 Por tanto, os ruego que me imitéis.
La vida no se compone únicamente de cuestiones de dinero, y un hombre como tú no puede romper su casamiento por tal razón; pero si te es imposible retirarte desde ahora, puedes favorecer los acontecimientos obrando de tal manera que te devuelvan tu palabra. Para llegar a este resultado hay varios medios perfectamente correctos.
Palabra del Dia
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