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Actualizado: 15 de julio de 2025
El príncipe las leyó sin curiosidad. «Nada; lo de siempre. Sigue la monótona guerra de trincheras. El terreno ganado ó perdido á metros. Esto no acabará nunca...» Se deslizó entre los grupos que paseaban durante los entreactos, evitando que le viese el coronel. ¡Pobre Toledo! Iba gravemente orgulloso al lado de aquella protegida que podía ser su nieta.
D. Felicísimo también recibió con alegría la noticia, porque la colocación de su nieta había llegado a parecerle problema poco menos difícil que la cuadratura del círculo, y Doña María del Sagrario echó un gran suspiro que interpretado libremente expresaba las infinitas gracias que daba a Dios la buena señora por verse libre pronto del inaguantable genio de su sobrina.
Le regala trajes para sus hijos, creo que hasta le presta su ropa... ¡Una hija de rey! ¡Una nieta de San Fernando!... Yo soy un viejo soldado de la legitimidad, y no puedo menos de agradecer que... Miguel cortó su protesta con un gesto. Basta: no quería oir más. Y se dirigió á Castro. También lo había visto cerca de la salida del Casino hablando con otra dama.
Berenguer de Entenza con igual correspondencia suplicó al Emperador, que el título de César que le ofrecía fuese servido de darle, á Roger; persona de tantos servicios, y por el casamiento de su nieta adoptado en la casa Real, pocas veces usada, no solo en los tiempos presentes, pero ni en los antiguos, donde la moderacion y templaza parece que tuvieron alguna estimacion.
Hacia las once de la mañana aparecieron en la casona don Pedro Nolasco y toda su familia, es decir, su hija y su nieta, y fueron recibidos en mi habitación, donde también había brasero y nos hallábamos mi tío y yo con Neluco que había ido a hacerle su visita diaria.
Era su mejor amigo; además, era español, y tenía el deber de servirle en la circunstancia más importante de su vida. Lo necesitaba como padrino de boda. El profesor quedó estupefacto al enterarse de que se casaba con la hija del jardinero. ¡Una muchacha que podía ser su nieta!... Era desafiar al destino, correr á sus años en busca de la desgracia que ya presagiaba su nombre.
No, señora dijo la omnipotente charlatana, sobre todo cuando se tiene hija o nieta casaderas. Y viendo a lo lejos a una de sus amigas, saludó con prisa a la abuela para correr a la recién llegada y emprender con ella el chisme del día. Abuela, me pones en evidencia dije furiosa por las murmuraciones de que era objeto. No te importe, hija mía dijo la abuela siempre filósofa.
Verbi gratia: bien ve V. Md. -dijo- esta ropilla; pues primero fue gregüescos, nieta de una capa y bisnieta de un capuz, que fue en su principio, y ahora espera salir para soletas y otras cosas.
Tandang Selo veía pasar á todos sus amigos y pensaba tristemente en que aquel año no tenía aguinaldo para nadie y que su nieta se había ido sin el suyo, sin desearle las felices pascuas. ¿Era delicadeza en Julî ó puramente un olvido?
SIDARTA. Bien sabes, hermosa nieta de Iksvacú, que por mi voluntad no se ha derramado jamás una sola lágrima. ¿Cómo había yo de darte voluntariamente el pesar más pequeño? Jamás me apartaría yo de tu lado, si esto me fuera lícito; pero no debo ocultártelo por más tiempo: un deber imperioso me impulsa a ir lejos de ti. GOPA. ¿No te alucina, no te extravía ese deber?
Palabra del Dia
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