Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 12 de julio de 2025
Con éste, que era de su color y su sangre, mostrábase autoritaria la buena señora, obligándolo a correr detrás de Nélida. El doctor Zurita, arrellanado en un sillón, seguía con los ojos entornados las espirales de humo de su gran cigarro. Las damas de su familia hablaban con otras argentinas de las mesas inmediatas.
El imbécil era el hermano, que se presentó saludando a Ojeda con voz balbuciente, mirándolo como a un personaje importante que inspira respeto y poca simpatía. Nélida, al ponerse de pie, se desperezó con voluptuosa expansión. Parecía más alta, como si su cuerpo se dilatase de los talones a la nuca con el serpenteo nervioso que corría por él.
Pero Isidro rio de su indignación. ¿Qué había de malo en aquello?... Podían seguir dedicándole obsequios de tal clase, si era su gusto, mientras él continuaba tranquilamente en el goce de su buena aventura. Con música, ciertas cosas resultan mejor... Y Fernando acabó por reír igualmente de una broma torpe que ridiculizaba a sus autores. Maltrana le habló luego de Nélida.
Bastaba ver sus ojos fijos en él con un ardor de pasión, dilatándose cual si quisieran absorber su imagen; su boca de frescura insolente y esplendorosa escarlata estremeciéndose con un bostezo amoroso, sintiendo repentinos abrasamientos que hacían salir la lengua de su encierro para pasearse por los labios; sus dientes de devoradora que parecían temblar con el fulgor de un acero pronto a hundirse en la carne... No podía explicarse esta buena fortuna; pero era indiscutible que Nélida, abandonando a su tropa de adoradores, se aproximaba a él, que no había hecho esfuerzo alguno por atraerla.
Pero ¿qué diabólico secreto es el suyo, Ojeda, para obtener tales éxitos? Debía comunicarlo a los amigos... La proximidad de Nélida le hizo callar. Venía ahora la joven muy distinta de como la había visto Isidro poco tiempo antes.
Esta amistad era indudablemente por reírse, ¿verdad?... ¡Un hombre como él exhibiéndose al lado de una pobre madre de familia!... Y al experimentar tales contrariedades había visto Nélida con claridad que era Fernando lo que ella deseaba. Muchas veces había preguntado por él a su amigo Isidro, queriendo conocer detalles de su existencia anterior.
Al lado de él, como si la afinidad de gustos les impusiese este contacto, se sentaban los tres comerciantes españoles. Más allá, el conferencista italiano levantó la cabeza y descansó un libro en las rodillas para saludar a Ojeda. Cerca del fumadero, la madre de Nélida pareció acariciarle con sus ojos de brasa y el padre le gratificó con una sonrisa protectora.
La gran noche, amigo Ojeda; y eso que aún estamos, como quien dice, al principio. Esos muchachos son encantadores. Tenemos concertada una pequeña reunión con varias chicas de la opereta para cuando termine el baile y se acueste la gente seria. ¿Y Nélida? Una valiente. Se ha deslizado fuera del salón, mientras emborrachaban a su hermanito los amigos de la banda.
Ustedes tendrán que hablar dijo mirando a su reloj . Va a ser mediodía. ¡La hora del almuerzo! Me hace falta un poco de paseo para despertar el apetito. Y se alejó, seguido por la risa de Maltrana, que lamentaba irónicamente la inapetencia del cura. Ojeda quiso saber qué había hablado su amigo con Martorell y el padre de Nélida.
Nélida continuó explicando el pasado. Desde que vio a Fernando por primera vez, frente a Tenerife, no había podido olvidarle... Esperaba que se aproximase, pero él se mantenía siempre aparte, y la rutina social no permite que la mujer inicie ciertas cosas.
Palabra del Dia
Otros Mirando