United States or Georgia ? Vote for the TOP Country of the Week !


Toda visita, fuese de quien fuese, la recibía abajo. Las del Marqués, cuando eran de cumplido, se morían de frío en el salón de antigüedades. El salón de antigüedades y el despacho del Marqués, «constituían, como él decía, la parte seria de la casa». En el despacho todo era de roble mate; nada, absolutamente nada, de oro; madera y sólo madera.

Facundo anda en persona al lado del cañón que lleva la víctima moribunda por las cuatro esquinas de la plaza, porque Facundo es muy solícito en esta parte de la administración; no es como Rosas, que desde el fondo de su gabinete, donde está tomando mate, expide a la mazorca las órdenes que debe ejecutar, para achacar después al entusiasmo federal del pobre pueblo todas las atrocidades con que ha hecho estremecer a la humanidad.

Son sumamente viciosos en toda clase de vicio: son grandes fumadores: el aguardiente lo beben como agua, hasta que se privan enteramen: beben mucho mate, y luego se comen la yerba, y con la bebida se acuerdan de todos los agravios que han recibido ellos y sus antepasados, las peleas que han tenido y las invasiones que han hecho: todo lo cantan y otros lloran, que es una confusion oirlos.

Todas son elegantes, todas son bonitas, todas son muy blancas, la institutriz de marras inclusive, que, además de muy blanca, es muy sonrosada, ¡una manzanita! ¡Pero aventaja a todas también ese diablillo de Mariana! ¡Mariana! de puro rostro oval, mate blancura, grandes ojos en que voltejea la ironía y pequeños dientes de roedor.

Había yo llegado el día anterior con Raleigh-Stirling, el famoso sportman escocés, que se dedica á la pesca del salmón y al que había encontrado en el lago salado capturando monstruos. Se vino conmigo, dispuesto á seguir su pesca en Sacramento, y yo me entretuve en cazar en el Canadá, donde maté algunos bisontes.

De los que traía muertos en el zurrón no hablaba nunca, porque Ana no se lo había de perdonar, por haber todavía en este mundo almas sencillas que no hallan placer en que se mate, a la entrada misma de la cueva donde tiene a su compañera y a su prole, a los pobres animales que han salido a descubrir, para mudarse de casa, algún rincón del bosque rico en yerbas.

Todas las caras estaban pálidas, pero no con palidez mate, sino brillante y lívida, con el sudoroso barniz de la emoción. Pensaban en la arena, invisible en aquellos momentos, sintiendo el irresistible pavor de las cosas que ocurren al otro lado de un muro, el temor de lo que no se ve, el peligro confuso que se anuncia sin presentarse. ¿Cómo acabaría la tarde?

¡Pero vea usted! dijo Melchor contemplando bondadosamente a Garona. ¡Cómo se aclimatan estos gringos!... ¡Quién había de decirle, don Saverio, que iba usted a tomar mate en su vida?

¡Si cuando este muchacho me dijo que venía el breque... ¡qué le iba a creer!... Siempre saben llegar al mediodía. Realmente, Ramona: hemos venido como chasque. ¡Como chasque! Don Melchor... ¿y la familia quedó buena? Todos buenos, gracias. Pero siéntense, señores, que están parados... y entrá esa canasta, muchacho... Anastasio no ha de tardar... ¿le cebo un mate, don Melchor?...

El bastonero para satisfacción de las mamás, que se le dormían a los pasteles y al mate, agrupadas alrededor de los guitarreros circulaba entre las parejas, diciendo cuchufletas y haciendo con su frase sacramental ¡que se vea luz, caballeros! que las aproximaciones no fueran más allá de lo lícito y honesto.