Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 1 de julio de 2025


Sin duda que no. ¿Había, pues, de desistir ella de ir a parte alguna; había de seguir encerrada entre cuatro paredes en la flor de su juventud, y condenar a Inesita al mismo suplicio porque no hallaba una sociedad perfecta, por todos estilos, donde poder presentarse? En varias discusiones que tuvo Beatriz con su marido acerca de este negocio, siempre le hizo callar y salió victoriosa.

Nuestro héroe, sin meterse en filosofar sobre lo dicho, lo tenía más que sabido. Así es que, por esta consideración, aunque no atendiese a otras, hallaba más difícil escribir a Inesita que a doña Beatriz. Escribir a doña Beatriz, como casada, el uso, la práctica, la jurisprudencia establecida, lo consentía sin que pasase por injuria.

Y creo que el bueno del cocinero hubo de notar que había ratones en la despensa; pero no dió con el ratón. Y ya debe estar crecida y hermosa Inesita. ¡Pobre Montiño...! Hereje impenitente... pero sepamos quién es ahora el ratón de su despensa. No es ratón, sino rata y tremenda... el sargento mayor, don Juan de Guzmán.

Sus acciones con relación a Inesita se resentían de dicha alucinación; pero en sus discursos, cuando hablaba con ella, había una combinación graciosa de los mimos e inocentadas con que se habla a las criaturitas, y de los esfuerzos de ingenio y de estudiada discreción con que las personas ignorantes y rudas procuran nivelarse con aquellas de cuyo saber e inteligencia han formado el concepto más ventajoso.

Tu hermana es excelente, tu cuñado es un santo; pero no has de vivir toda la vida con ellos y medio a expensas de ellos. Inesita exhaló un suspiro, y el ama prosiguió: En el pueblo, para ti, que eres una real moza, ¿cómo había de faltar algún rico hacendado, algún propietario o labrador con el riñón bien cubierto, que aspirase a tu mano? Pero aquí me parece difícil.

, ; pero en el orden moral... El ciprés es un árbol triste, melancólico; sugiere ideas de muerte, de tumbas, de soledad; evoca el sentimiento del vacío y de la nada. Oye, Inesita: mucho más aún que en lo externo, se parecen esos jóvenes en lo moral a los cipreses. Verás... El ciprés no produce nada, ni siquiera bellotas, que es el fruto de los árboles más humildes en la jerarquía vegetal.

Ahora bien: como Clotilde, la madre de Inesita, las tías y las hermanas de ésta son partidarias decididas de que la muchacha se case con Carlitos, héme metida en un conflicto, pues comprenderá usted que el fuero de familia me compele y obliga a pesar de mi carácter poco dado a la lucha a defender a mi cuñado en una pretensión que juzgo justa.

Me encuentro en un gran compromiso dijo Montiño renunciando de todo punto á hacer cargos á su mujer, y rompiendo para salir de la situación por donde primero se le ocurrió. ¡Un compromiso! , por cierto, tengo un sobrino. Pues no comprendo... Ese sobrino ha venido á Madrid. ¿Y bien? Necesito traerle á vivir aquí. ¡Aquí, como quieras! Pero hay un obstáculo. ¿Cuál? Inesita. ¡Ah!

Como Beatriz no le contestase y siguiese llorando, Inesita se inclinó sobre el sofá en que estaba echada Beatriz, y volvió a hacerle las mismas preguntas, acompañadas de besos y caricias. Beatriz no pudo ya resistirse; sentía además necesidad de desahogar su corazón, e incorporándose y teniendo a Inés a su lado, dijo con un suspiro: ¡Qué desgraciada soy, Inés! ¿Qué sucede? interrumpió ésta.

Las pagará todas juntas... Hace poco la Inesita me llamó vil y cobarde por dejar sin castigo esto de anoche, y aseguraba que si ella fuera hombre... estaba furiosa la niña. Por supuesto, yo pienso buscar a lord Gray, y cuando le vea le he de decir «so tunante...», pues... conque márchate... también eres buena pieza. Adiós.

Palabra del Dia

buque

Otros Mirando