Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 22 de junio de 2025
-Par Dios, señor -replicó Sancho-, ya yo los he tocado; y este diablo que aquí anda tan solícito es rollizo de carnes, y tiene otra propiedad muy diferente de la que yo he oído decir que tienen los demonios; porque, según se dice, todos huelen a piedra azufre y a otros malos olores; pero éste huele a ámbar de media legua.
Pero coge otro traje de más abrigo, por Dios: eres capaz de resfriarte.... ¿No has notado qué bien huelen las rosas? En León apenas las hay: me acuerdo de que las que podía coger se las ponía todas a la Purísima que tengo en mi cuarto. Era el Casino para Perico y Miranda, como para todos los ociosos de la colonia, casa y hogar durante la temporada termal.
Unos decían que la india ama, que la mestiza española es indiferente y la china fría y calculadora; otros, que las mujeres en todas partes son lo mismo, y por último, después de barajarse la conversación por todos los tonos, tipos y registros, dijo uno en son profético y concluyente: Nada, caballeros, hay que desengañarse, en este país, ni las mujeres aman, ni los pájaros cantan, ni las flores huelen.
Por las pendientes que desaparecían girando según avanzaban los vagones, había aldeanas tiesas en medio de sus rebaños, vestidas con sayas coloradas y corpiños de terciopelo, y los árboles eran tan verdes en derredor suyo, que parecía todo aquello una pastorela sacada de una de esas cajitas de abeto, que tan bien huelen a resina y a pino, de los bosques del Norte.
Tras estas palabras, tomó plaza, en boca de mi amigo, una poética leyenda que hacía referencia á los sitios que pisábamos, á la cascada, á un grandioso puente sin concluir que se encuentra no lejos de aquel lugar, y sobre todo á demostrar que en Filipinas las mujeres aman, los pájaros cantan y las flores huelen.
Al ver en el espejo su linda cara pálida, diole por emplear argumentos comparativos: «Porque ¡María Santisma!, si Maximiliano apostaba a feo, no había quien le ganara... ¡Y qué mal huelen las boticas! Debió de haber seguido otra carrera... Dios me favorezca... Si tuviera algún hijo me acompañaría con él; pero... ¡quia!...».
Y si con ser taberneros, aunque ricos, nos conformáramos, yo no saldría de esta villa, donde he ganado en cuatro años una riqueza, y podría ganarla mayor en poco más. Pero hay una noble ambición que manda en ti y en mí con mayor fuerza que los tres ochavos de una buena ganancia; y esa ambición está reñida con las manos manchadas de vino tinto y con las ropas que huelen a anisado.
Eso consiste díjole el sabio sin apurarse por la respuesta de su padre , en que no está usted en antecedentes, como lo están las personas para quienes se ha escrito eso: verá usted que luego lo pescan... Lo que ahora importa es que no sepan mis colaboradores la llegada del paquete ni la mía; porque andarán, como novicios que son, con un palmo de lengua fuera de la boca, por la curiosidad de ver y oler el periódico; y si le ven y le huelen, lo mejor que puede ocurrir es que relaten lo más substancioso de él esta misma noche en el Casino, quitándole así el interés a los asuntos. ¡Pues me he dado yo poca fatiga para lograr que el paquete esté aquí cuando debe de estar para que el reparto se haga a su debido tiempo!
Huelen la muerte dijo-, y vienen sobre esta casa como bandas de cuervos... Cuando entró Elena á media tarde, el recibimiento estaba repleto... Pero ella posee una magia á la que no escapan hombres ni mujeres, y le bastó hablar para convencerlos á todos. Creo que hasta le habrían hecho nuevos préstamos de pedírselos ella...
Las mujeres buenas huelen á pescado y á estropajo: estaba seguro de ello... En su lejana juventud, los conocimientos del pobre Caragòl no habían ido más allá. Al quedar solo, agarró un trapo, agitándolo violentamente como si sacudiese moscas. Quería limpiar el ambiente de malos olores. Sentíase escandalizado, como si hubiesen dejado caer una pastilla de jabón en uno de sus arroces.
Palabra del Dia
Otros Mirando