Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 26 de junio de 2025


La condesa ya no priva. Hay divorcio absoluto entre ella y los demás de la familia... ¡oh!, ahora me acuerdo de cuando te encontramos en el Pardo... Cuando le preguntaron a Amaranta que qué hacías allí, no supo contestar. Lo que hacías, lo podrás decir... ¿Juegas, o no? Jugaremos. Aquí al menos se respira, chico.

Te ha llegado la vez. ¡Te hacías ilusiones sobre Clementina y no estabas lejos de acusarme de exageración! ¿Cómo la encuentras ahora tan deliciosa tía? Pues bien, amigo mío, ahí tienes la esposa que el difunto Guichard, ¡paz á sus cenizas! había soñado imponerme de por vida. ¿Comprendes que me haya defendido como un tigre? ¡El dichoso esposo de Clementina!

Abrió los ojos repentinamente y, fijándolos en Manolo, dijo: ¡Ah! ¿Eres ? ¿Has entrado ahora? No, hace ya cerca de una hora que estoy aquí. ¿Una hora?... ¿Y qué hacías? Mirarte y remirarte... y aún no quedé satisfecho. ¡Pues, hijo, no cómo no te empalago! replicó ruborizándose.

Los ojos miraban con una suavidad retraída, y la fisonomía rara vez se animaba sino con aquella ligera sonrisa de los labios delgados. Ese mismo gesto lo hacías siempre, cuando te interrogaban sobre tales asuntos, añadió Muñoz. Pero no tenía ahora curiosidad alguna de saber nada acerca de su amigo, sino simplemente un ansia de desahogar con él su corazón henchido por el sufrimiento.

, al querer ser mi esposa, domando un sentimiento robusto que vivía y vive en tu corazón, hacías un sacrificio sublime.

Muy bien hecho; ¿y qué obligación tenías de quererme? Bastante hacías ya, con no avergonzarte de oir mis palabras. Yo soy quien te pido perdón, por haber sido atrevido contigo, y por haber estorbado quizás en aquel tiempo que tu quisieras al que te dictaba tu corazón. Cuando yo considero esto, me da mucha pena.

Pues para eso han venido las mujeres al mundo: para querer a los hombres. Tuviste la desgracia de tropezar con uno, que te salió malo. Cuestión de suerte, hija. Ello es que estuviste loca por él... Bien me acuerdo. No se te podía aguantar; no hacías nada al derecho.

¡Oh qué reloj tan fastidioso! exclamó la generala apoderándose de él y metiéndoselo de nuevo en el bolsillo sin permitir que lo abriese. Antes, cuando estabas a mi lado no hacías tanto uso de esa alhaja.

El licor brillaba con reflejos de topacio engastado en oro. «¡Cómo lo miras, bribona! pensó la escéptica y observadora doña Lupe . Esa es la Eucaristía que a ti te gusta, el Pajarete...». Y viéndoselo tomar, decía la muy picarona: «Eso, saboréate bien, y relámete. No lo hacías así cuando recibías a Dios...».

Voy á escribírselo yo misma, inmediatamente. ¡Oh! Déjeme usted ese cuidado, tía mía, exclamó la joven. Eso no sería ni correcto ni conveniente, contestó Clementina. Parecería que te sustraías á mi jurisdicción y que hacías concesiones, cuando es él quien debe hacerlas ... ¡Oh! tía mía, nada más que una palabra al final de la carta ...

Palabra del Dia

rigoleto

Otros Mirando