United States or Lesotho ? Vote for the TOP Country of the Week !


Después de larga espera quedaron francas las escalas del buque, lanzándose por ellas la muchedumbre como si subiera al asalto. Los primeros en entrar fueron los vendedores de periódicos, pregonando los últimos diarios y revistas de Buenos Aires y de Montevideo.

Pero la escuela de la prosperidad material, que será siempre ruda prueba para la austeridad de las repúblicas, ha llevado más lejos la llaneza de la concepción de la conducta racional que hoy gana los espíritus. Al código de Franklin han sucedido otros de más francas tendencias, como expresión de la sabiduría nacional.

Ya podéis ver dijo la reina después de que el inquisidor general la estuvo mirando frente á frente algunos segundos, que ni por mi traje, ni por mi semblante, soy la pobre esposa medio viuda, la reina reclusa y humillada; soy la desposada que se viste de fiesta para esperar á su esposo... porque espero á su majestad; ya no hay traidores que impidan al rey llegar hasta la reina... las puertas de mi cámara están francas para su majestad; anoche empezó ese milagro; anoche el rey fué mi esposo.

La lógica llana y vulgar del viejo había desvanecido su ensueño. Aquel hombre, había sido el Sancho rústico y malicioso que aconsejaba a su quijotesco padre, y ahora seguía su misión cerca del hijo. Recordaba de un golpe toda la historia de Leonora, las francas confidencias de su época de pura amistad, cuando se lo contaba todo para impedir que la siguiese deseando.

Tras esto dijo que iba a la Corte, porque un mayorazgo roído como él en un pueblo corto, olía mal a dos días, y no se podía sustentar, y que por eso se iba a la patria común, adonde caben todos y adonde hay mesas francas para estómagos aventureros.

Tras esto dijo que iba a la corte, porque un mayorazgo raído como él, en un pueblo corto olía mal a dos días y no se podía sustentar; y que por eso se iba a la patria común, adonde caben todos y adonde hay mesas francas para estómagos aventureros; "y nunca cuando entro en ella me faltan cien reales en la bolsa, cama y de comer, porque la industria en la corte es piedra filosofal, que vuelve en oro cuanto toca". Yo vi el cielo abierto, y en són de entretenimiento para el camino le rogué que me contase cómo y con quienes viven en la corte los que no tenían, como él, porque me parecía dificultoso; que no sólo se contenta cada uno con sus cosas, sino que aun solicitan las ajenas.

Contraria pero simultáneamente a la frase «Eres polvole dijeron que el hombre es el rey de la tierra; las aguas de los mares y las arenas del desierto son llanuras francas a su actividad y su valor; las fieras de brutal poder, esclavas de su inteligencia; los metales, que como venas de fuerza y riqueza serpean por las entrañas de los montes, tesoros escondidos para que el trabajo los descubra y el sudor los fecunde; y hasta la mujer, arcilla divinamente modelada con los rasgos de la amante y la madre, es suya también, carne de su carne, hueso de su hueso.

Ella, la infeliz muchacha de «la calle», la chueta, habituada a ver a los suyos plegados y temerosos bajo el peso de un odio tradicional, visitaría estas ciudades, se mezclaría en los desfiles de riqueza, tendría francas las puertas que había contemplado siempre cerradas, y entraría por ellas apoyándose en el brazo de un hombre que le había parecido siempre la representación de todas las grandezas terrenales.

La bronca en mi obsequio amenazaba ser mayúscula. Con todo, detrás de , los criados no cesaban de reír. El conde había vuelto la cabeza, dirigiéndoles una mirada severa; pero sus carcajadas reprimidas me humillaban más que las francas. ¿Qué tal los toros? les preguntó un cochero al cruzar a nuestro lado. ¡Finos, finos! Hay uno negro, zaino, de mucho cuidado.

Las dos bocas acabaron por unirse, y Ricardo pensó que ese beso iba á ser interminable. Experimentaba la sorpresa del que al entrar en un palacio maravilloso ve francas las puertas de un segundo salón todavía más admirable, y luego penetra en un tercero que le parece superior, perdiéndose en lontananza la sucesión de habitaciones deslumbradoras abiertas ante él.