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Actualizado: 26 de octubre de 2025
Cesó de quejarse la pobrecita; movió la cabeza, fijando los tristes ojos en las personas que rodeaban su lecho; extinguióse poco á poco su aliento, y expiró. El Ángel de la Guarda, dando un suspiro, alzó el vuelo y se fué.
Ninguna le gustaba. ¡Ay, pobre Morrut! ¡Cuán difícil era encontrarle un sucesor! De no verse acosado por la necesidad, se hubiera ido sin comprar; creía ofender al difunto fijando su atención en aquellas bestias antipáticas.
Fijando la consideracion en todas las afecciones internas, sean las que fueren, no veo en ellas mas que una serie de fenómenos, una especie de rio de existencias que pasan y desaparecen, unas para no volver, otras para reaparecer de nuevo en tiempo diferente, y ofreciéndome expresamente esta diferencia.
De pronto, fijando una atenta mirada sobre la entrada del puerto, se detuvo, asió un anteojo que había cerca de la bitácora y, aproximándolo al ojo izquierdo, exclamó: Por fin, por fin, ¡qué suerte! ya está aquí, sí, es él... ¡Vaya una manera de remar! ¡Vamos, firme, bravo, muchachos! ¡doblad, y podremos aprovechar la brisa y la marea!
De Lerma no huyeron la presencia, Pensando recibir merced cumplida; El pone en los guardar gran diligencia, Y su causa y su culpa conocida, Contra los dos pronuncia tal sentencia: Que luego les privasen de la vida, En el rollo fijando sus cabezas, Y los cuerpos en palos hechos piezas.
Luego, en una voz profunda e intensa, fijando en mí sus maravillosos ojos, empezó: He sido víctima de un complot infame y vil, y usted podrá juzgar, cuando conozca toda la verdad, cuánto he sufrido, y si no he procedido guiada por un alto sentimiento de deber y de rectitud. Como usted verá, la conspiración fraguada contra mí no tiene igual por lo ingeniosa y realmente astuta.
Silas hizo una pausa y colocando las manos sobre las rodillas las alzó y bajó alternativamente, fijando la mirada en el suelo. Entonces, ¿os agradaría verme casada, papá? dijo Eppie con la voz algo trémula. Yo no soy un hombre capaz de decir que no, hija mía respondió Silas con acento enérgico . Pero se lo preguntaremos a vuestra madrina. Ella deseará vuestro bien y el de su hijo.
Guillermina, sin dejar de oír esto, empezaba a poner su atención en otra cosa. Frente a la ventana y formando ángulo recto con la cama habían puesto la mesa, que debía ser altar, y en ella estaba de rodillas Juan Antonio, el marido de Severiana, fijando en la pared todos los clavos que creía necesarios para suspender la decoración proyectada.
No aumentemos con tales monstruos la miseria física de los de abajo. Dejemos a los privilegiados fomentar su decadencia con los vástagos de sus vicios. Pasó un brazo por el talle de la joven y levantó con la otra mano su cabeza, fijando los ojos en los de Sagrario, que brillaban a la luz de las estrellas con el resplandor acuoso de las lágrimas.
»Le dí las gracias por sus atenciones y le prometí responderle el mismo día fijando la fecha de mi partida. »Volví a casa muy preocupado, no sabiendo cómo darle a Magdalena tal noticia.
Palabra del Dia
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