Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 24 de julio de 2025


Hubo algunos instantes de silencio, y Juan Claudio, saliendo de su estupor, contestó: ¡Es un sueño!... Yo también suelo tener sueños... Ayer se afectó usted demasiado, Catalina; aquel ruido..., aquellos gritos... No respondió la anciana con gran firmeza reanudando su labor ; no es eso.

El mismo silencio. El P. Gil, o estaba pensando en otra cosa, o el estupor le había inmovilizado. Sin duda creyó lo primero Obdulia, porque dijo con cierta viveza: , señor, me he hecho en el brazo esta quemadura... Y al mismo tiempo levantó la manga del vestido y puso al descubierto una herida fea y dolorosa que tenía en el antebrazo.

Un rayo cayendo sobre la casa; las palabras proféticas del festín de Baltasar apareciendo en la pared en letras de fuego; el nivel del Sena cambiando de repente y haciendo que el río se precipitase sobre el jardín; el Presidente de la República apareciendo de pronto escoltado por su cuarto militar para bailar en la boda de Herminia; ningún cataclismo, ninguna manifestación divina, ninguna inverosimilitud social, hubieran causado á Clementina un estupor semejante al que sintió.

Ricardo quedó un instante parado y altamente sorprendido; pero una fresca carcajada que sonó dentro le sacó de su estupor. ¿Qué es eso; no te atreves a entrar, cobarde? ¿Pero chica, no ves que puedes hacerte daño? ¡Entre usted, bravo guerrero! Bien..., ya que te empeñas... Cuando se había unido a Marta observó que la cueva se abría bastante y estaba tapizada de arena.

Don Diego y Gastón de Vitré se asemejaban en su dolor. Se hubiera dicho que eran dos hermanos de la moribunda. El uno y el otro vivían apartados de los demás y se pasaban el día sentados bajo un árbol o sobre la arena, sumidos en un estupor mudo y sin lágrimas. Si el conde hubiese tenido lugar de ser celoso, lo habría estado de la desesperación del joven.

Tranquilízate, sal de aquí, con quedarte no le devolverás la vida. El joven prorrumpió en una risa tan estridente y tan siniestra, que su padre se estremeció hasta la médula de los huesos. Su estupor acababa de disiparse de improviso; saltó con los ojos brillantes, e hinchadas las venas de las sienes. ¿Dónde está mi madre? gritó avanzando hacia el anciano. Este trató de calmarlo.

Sintió el joven que la sangre se helaba en sus venas y quedó un momento inmóvil, como clavado en el suelo, mudo de estupor, inconsciente de cuanto le rodeaba; luego se repuso un tanto y al volver a darse cuenta de lo que había pasado alzó a Magdalena como una pluma y la llevó en sus brazos lejos de aquel salón en el que se saboreaba una felicidad que podía costar tan cara.

Laura tuvo amores con el conde y se casó con él en medio de un estupor que no la dejaba ver lo que pasaba en el fondo de su corazón.

De repente se siente ruido en la chimenea: la dama tiembla, mira, y ve que de ella sale saltando por encima de los leños encendidos, un hombre tiznado: en su delirio cree que es el negro: domínanla al mismo tiempo el estupor y la concupiscencia. La luz se apaga. ¡Pataplum!... ¿Qué les parece á ustedes esta situación?

Tragomer se levantó, se apoyó en la chimenea y contestó, dirigiéndose tanto á Marenval como á la madre de Jacobo: He adquirido la convicción, más aún, la certeza, de que la mujer por cuya muerte fué condenado Jacobo, vive. ¡Lea Peralli! exclamó con estupor la anciana. Lea Peralli.

Palabra del Dia

malignas

Otros Mirando