United States or North Macedonia ? Vote for the TOP Country of the Week !


¡No digas eso, por Dios, Melchor! exclamó Lorenzo poniéndose de pie y caminando nerviosamente a lo largo del comedor, mientras Ricardo, echado hacia atrás en su asiento, arrojaba al techo tenues espirales del humo de su, cigarro, como deseando substraerse a la discusión. No lo diré si te incomoda repuso Melchor con voluptuosa indiferencia.

Con éste, que era de su color y su sangre, mostrábase autoritaria la buena señora, obligándolo a correr detrás de Nélida. El doctor Zurita, arrellanado en un sillón, seguía con los ojos entornados las espirales de humo de su gran cigarro. Las damas de su familia hablaban con otras argentinas de las mesas inmediatas.

Atravesando en calles espirales el jardín, y un puente de madera echado sobre altas rocas, se llega al observatorio astronómico y la iglesia de Nuestra Señora de Fourvières, cuyo alto campanario es el mirador mas precioso que conseguirse puede. Al encontrarme en ese campanario, cerca del cual pasa el ferrocarril por un famoso túnel, me sentí pasmado de admiracion.

A los lados de las alamedas, en las cunetas del riego, había charquitos de agua helada. De largo en largo se retorcían en la atmósfera las espirales azuladas que formaba el humo de las hoguerillas encendidas por los guardas.

El verde de la vegetación se diluía bajo sus pasos; las cercas caían rotas; el polvo se alzaba en espirales detrás del sordo rodar de los cañones y el acompasado trote de millares de caballos. A los lados del camino habían hecho alto varios batallones con su acompañamiento de vehículos y bestias de tiro. Descansaban para reanudar su marcha. Conocía á este ejército.

Se entretenía en seguir con los ojos las espirales del humo de su cigarrillo; pero al ver que un invitado acababa de sentarse cerca de él, creyó necesario sonreirle, preguntando á continuación: ¿Se aburre usted mucho?... El español le miró fijamente antes de responder: ¿Y usted?...

Por lo demás, la cigüeña tenía el instinto de no aburrir, y siempre terminaba las conferencias pronto y de un modo brusco, lanzándose repentinamente en el aire, trazando graciosas espirales en su sereno vuelo y al cabo perdiéndose de vista. Pasó la primavera, pasó el verano, vino luego el otoño, como sucede siempre, y empezó por último a aparecer el invierno.

JÚPITER, permíteme que hable la primera, como tu esposa y madre de los dioses más poderosos. Ninguno mejor que yo podrá presentarte el mortal más perfecto que el divino HOMERO. Y á la verdad, ¿quién osará disputarle la supremacía, así como ninguna obra puede competir con su Iliada, valiente y atrevida, y su reflexiva y prudente Odisea? ¿Quién, como él, ha cantado tu grandeza y la de los demás dioses, tan magníficamente como si nos hubiera sorprendido en el Olimpo mismo y asistido á nuestras asambleas? ¿Quién contribuyó más á que el odoro incienso de la Arabia se quemase abundantemente ante nuestras imágenes y se nos ofreciesen pingües hecatombes, cuyo sabroso humo, subiendo en caprichosos espirales, nos era tan grato que aplacaba nuestras iras? ¿Quién, como él, refirió las batallas más sublimes en más hermosos versos?

Al poco rato dibujose la figura de la vagabunda en lo más hondo que se podía ver del horrible embudo. Choto, después de husmear el tragadero de la Trascava, subía describiendo las mismas espirales. La Nela subía también, pero muy despacio. Detúvose, y entonces se oyó su voz que decía débilmente: ¿Señor?... Que subas te digo.... ¿Qué haces ahí? La Nela subió otro poco.

El humo de los hornos que durante toda la noche velaban respirando con bronco resoplido se plateó vagamente en sus espirales más remotas; apareció risueña claridad por los lejanos términos y detrás de los montes, y poco a poco fueron saliendo sucesivamente de la sombra los cerros que rodean a Socartes, los inmensos taludes de tierra rojiza, los negros edificios.