United States or Aruba ? Vote for the TOP Country of the Week !


Quita, mujer, y no me digas nada... Pues si desde que salí de las Micaelas no he vuelto a catarlo... Soy ahora, como quien dice, otra. No quiero vivir con mi hermana, porque Juan Antonio y yo no casamos bien; pero a persona decente no me gana nadie ahora. Créetelo porque yo te lo digo. No lo vuelvo a catar. Y si no, lo has de ver... Y pasando a otra cosa, ya que te casas mañana.

Pero Pepita, por los clavos de Cristo, no digas eso ni lo pienses. ¡Si D. Luis no te desdeña por zafia, ni porque es muy sabio y no le entiendes, ni por esas majaderías que ahí estás ensartando!

Con una vez sola que venga y quiera «mandar en ti».... Ella se asió con terror del brazo de su amigo. No, por Dios...; no digas eso.... Es mi deber decírtelo...; ¿quién te dió ese libro? El padre cura.... ¿A ver?... Yo también quiero buscar una oración para .

Toma esta media onza dijo sacando al cabo la moneda de oro del bolsillo. Es para ti... para ti nada más, para que te compres cintas... confites... lo que quieras. No digas nada á tus abuelos, porque ya sabes, llorando miserias te sacarían los cuartos... ¿Verdad que no?...

Marta sintió que me había hecho mal; alzando sus delgados brazos hasta mi cuello, me dijo: Compréndeme, Olga; no son celos los que experimento; soy tan poco celosa, que mi deseo más ardiente es que os entendáis ambos después de mi muerte, y que... ¡Después de tu muerte! exclamé espantada. ¡Marta, no digas eso! ¡Es un crimen! Ella se sonrió, triste y resignada. Lo mejor que dijo.

Figúrese usted que hace más de un año que vino acá. Papá decía a cada rato: «Niñas... ¿ya pagaron esa visitaNosotras no queríamos ir... porque... la verdad.... ¡No la digas; interrumpió la morena no la digas, que Rodolfo es de los interesados! ¡Adiós! ¿Y por qué no? Una es muy dueña de decir lo que quiera.... ; pero... ¡no a todo el mundo! ¿No ves que Rodolfo....?

Y si lo dices, no lo digas, ni lo pienses; pues más dolor sentía yo entonces en mi espíritu que en tu cuerpo.

¡Imbécil! tronó M. L'Ambert, jamás comprendes las cosas... por más que, en realidad, no es menester que comprendas. Se trata únicamente de que digas sin rodeos si quieres cambiar de conducta y renunciar a esa vida de crápula que me mata de rechazo. Te prevengo que tengo el brazo muy largo, y que, si persistes en tus vicios, sabré ponerte pronto a buen recaudo. ¿Preso? Preso.

28 No seas testigo falso contra tu prójimo; y no lisonjees con tus labios. 29 No digas: Como me hizo, así le haré; daré el pago al varón según su obra. 30 Pasé junto a la heredad del hombre perezoso, y junto a la viña del hombre falto de entendimiento; 31 y he aquí que por toda ella habían ya crecido espinas, ortigas habían ya cubierto su faz, y su cerca de piedra estaba ya destruida.

Quiero asistir, si me lo permites, á vuestra conversación, aunque no sea más que para impedir que digas tonterías.... ¡Padrino! Pues qué, ¿no habías empezado á decirlas hace un momento? , tiene usted razón. Permanezca usted y sea mi consejero y mi apoyo, como siempre. Puedes estar tranquilo. Seré aún más moderado por tu cuenta que lo he sido por la mía. Espéranos aquí. Y salió.