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Actualizado: 10 de mayo de 2025


Así es que largos convoyes de rocas, desordenadamente hacinadas, siguen el andar del ventisquero. Súmanse al río de hielo ríos de piedras que bajan de todo derruido promontorio, de todo círculo surcado por el alud.

12 Y os rogamos, hermanos, que reconozcáis a los que trabajan entre vosotros, y os presiden en el Señor, y os amonestan; 13 y que los tengáis en mayor caridad por amor de su obra. Tened paz los unos con los otros. 14 También os rogamos, hermanos, que amonestéis a los que andan desordenadamente, que consoléis a los de poco ánimo, que soportéis a los flacos, que seáis sufridos para con todos.

Sobre mi cabeza, á uno y otro lado, veia los bajos balcones repletos de mujeres y niños, con aire de aplastar á los transeuntes cayendo como enormes racimos; miéntras que el aspecto de las calles y la movilidad de los sombríos grupos tenian no qué semejanza con las menudas olas y los grupos de rocas negras, en el seno de un arrecife, agitándose desordenadamente en un dia de borrasca.

, , es preciso dijo al fin ; me le ha endosado; prescindiendo de que llegue á ser ó no ser, yo no puedo... vamos, de ningún modo; un mozo hermoso, y esto es verdad, que ha sido estudiante, que le gustan desordenadamente las mujeres, y que puede dar un chirlo al lucero del alba... no, no... es imposible que yo tenga á este mancebo en mi casa... mi mujer, mi hija... gracias á que las tengo seguras guardándolas y cerrando mi puerta á piedra y lodo; y luego no teniéndole en mi casa, échese vuesa merced el cargo de pagarle un día y otro la posada durante quince meses; no, señor; será preciso que el duque de Lerma le un oficio... es verdad que cualquier oficio, por pequeño que sea el que me el duque, podría valerme algo, y en estos tiempos... pero del mal el menos. ¡Ah! me olvidaba de que ha salido sin almorzar de Navalcarnero. ¡Hola! ¡eh! dijo abriendo la puerta y entrando en la repostería Gonzalvillo, hijo, ven acá.

Rápido y alegre como joven que entra en la vida, ruge y salta desordenadamente; ya le llegará la calma y hará más lenta su corriente al llegar á la llanura horizontal y monótona; en el momento se resbala con alegría por la pendiente precipitándose hacia el mar. Es que se encuentra todavía en el período heroico de su existencia.

Desordenadas ya las partes sobredichas, que influyen poderosamente en la imaginativa, se descompone el orden de las impresiones en que continuamente exercita Gelarda la fantasía, por donde es muy natural que en la enfermedad se le exciten las imágenes de cosas devotas, al modo de uno que delira, pues habla de las mismas cosas que en la salud mas pensaba, bien que desordenadamente por el vicio de su celebro.

Comparado, pues, con las corridas de toros todo cuanto hemos dicho a escape y desordenadamente sobre la ferocidad humana, así en la edad antigua como en la moderna, lícito es inferir y afirmar que las tales corridas distan mucho de ser un signo de barbarie en el pueblo que se complace en ellas, y que hay sobrada hipocresía, o por lo menos afán de mostrar un sentimiento refinado en censurarlas y condenarlas resueltamente.

A tanto llegaron ya estos excesos, que en las Cortes de Palenzuela de 1452 solicitóse del monarca que renovara las leyes suntuarias de Don Alfonso XI, petición que no fué acogida, á pesar de que en el Ordenamiento de dicho año se dice: «e como parecerá claramente en el presente en los mis Reinos aquella mesma disolución e aun mucho más en traer superflua e desordenadamente las gentes ropas de seda e de oro e de lana, e forraduras de martas, e de otras peñas e otras muchas guarniciones de oro é de plata e de aljofar e de muy grand valor e que no tan solamente aquellos e aquellas que razonablemente lo podían e debían traer por ser de grandes linajes e estados e faciendas más aun las mugeres de los menestrales e oficiales querían traer e traían sobre ropas e guarniciones que pertenecían e eran bastantes para dueñas generosas e de grand estado e hacienda a tanto que no se conocían las unas entre las otras e que acaecia muchas veces a muchos e a muchas así de grand estado como de menor que por causa de los dichos trajes e aparatos que avian de vender lo que tenían o la mayor parte dello para lo cumplir e venían después por ello a muy grand pobreza».... ¿A qué más?

Tal vez más adelante, ¡pero ahora!... Ahora quiero ser tu compañero, tu hermano, lo que quieras que sea, pero al lado tuyo. ¿Por qué huyes de ? ¿por qué me cierras tu puerta como á un extraño?... Continuó desordenadamente sus quejas, sus protestas, sus rencores, por aquel alejamiento inexplicable.

El mozo de cuadra, calzados los zuecos y entonando una canción de su tierra, frotaba los arreos en la puerta de la cochera; y en una habitación de la planta baja, junto a una ventana, la doncella de la duquesa limpiaba cuidadosamente los vestidos con que su señora se había engalanado la víspera, mientras otras compañeras admiraban las ricas telas y los finísimos encajes que, desordenadamente puestos sobre el respaldo de un sofá, podían fácilmente ser vistos desde fuera.

Palabra del Dia

bagani

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