Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 1 de mayo de 2025
Pero él no se dejaba tentar por la austeridad oratoria; creía que el peso y la medida sin tasa eran cualidades indispensables en la elocuencia, y deseando llenar todo un cuaderno del Diario de sesiones para que allá en su distrito se asombraran ante el interminable batallón de columnas impresas, hablaba y hablaba sin más preocupación que no soltar idea alguna; guardándolas todas con avaro celo, con la certeza de que cuanto más las conservara prisioneras, más larga y solemne resultaría su oración.
Sí, sí, es preciso dijo al fin ; me le ha endosado; prescindiendo de que llegue á ser ó no ser, yo no puedo... vamos, de ningún modo; un mozo hermoso, y esto es verdad, que ha sido estudiante, que le gustan desordenadamente las mujeres, y que puede dar un chirlo al lucero del alba... no, no... es imposible que yo tenga á este mancebo en mi casa... mi mujer, mi hija... gracias á que las tengo seguras guardándolas y cerrando mi puerta á piedra y lodo; y luego no teniéndole en mi casa, échese vuesa merced el cargo de pagarle un día y otro la posada durante quince meses; no, señor; será preciso que el duque de Lerma le dé un oficio... es verdad que cualquier oficio, por pequeño que sea el que me dé el duque, podría valerme algo, y en estos tiempos... pero del mal el menos. ¡Ah! me olvidaba de que ha salido sin almorzar de Navalcarnero. ¡Hola! ¡eh! dijo abriendo la puerta y entrando en la repostería Gonzalvillo, hijo, ven acá.
Así llegó, con paso silencioso, al ángulo del edificio más inmediato á la ventana del dormitorio de Elena. Luego se sentó en el suelo de tablas, encogiéndose para escuchar sin ser vista. Distinguió al poco rato en la obscuridad á Manos Duras, que iba aproximándose á la casa. Vió cómo se quitaba las espuelas, guardándolas en el cinto, y subía cautelosamente los peldaños de la escalinata.
Al menos él no las había encontrado, o bien ellas, considerándole profano, le habían ocultado su retórica y su filosofía, guardándolas para los Pericles y los Sócrates, y luciendo, a lo más, su ingenio en calembours más o menos desvergonzados y burdos. Dicho sea en honor de la verdad y en alabanza de Rafaela, su sinceridad en todo aquello era completísima.
Palabra del Dia
Otros Mirando