Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 14 de julio de 2025
Sacrifican así, esos espíritus escogidos, una gloria seria y permanente, por una gloria inconsistente y del momento. Cané principió por dejarse seducir por el diarismo político y derrochó un espléndido talento en escribir artículos de combate que, deslumbradores fuegos de artificio, vivieron lo que viven las rosas, el espacio de unas horas. ¿Quién se acuerda hoy de ellos?
Es muy peligroso dejarse dominar por las impresiones de los otros. Yo había juzgado mal y sin conocer la obra ni a su autor; pero confieso que me equivoqué y me arrepiento de ello. 10 de julio. Ayer me dijeron que una pobre mujer carecía de pan y que tenía muchos hijos que alimentar.
Vamos, señor Cornelio; vos a proa y yo a popa. Terminada la frugal cena, el Capitán, el pescador y Hans se tendieron en el fondo de la chalupa, en espera de sus respectivos turnos de guardia, mientras el piloto y Cornelio se sentaban, el uno a proa, para vigilar el río, aguas arriba, y el otro a popa, para no dejarse sorprender por los piratas que tenían que venir por la parte del mar.
Su contrario don Pedro se limitó sencillamente a dejarse caer en un sofá y pedir una taza de tila. Mas no hubo otro remedio que acudir a donde el honor los llamaba.
Una sola cosa subsistía todavía a sus ojos: la necesidad de cumplir su deber por gratitud al señor Aubry. Esta idea lo mantenía fiel en su puesto. A menudo se reprochaba el dejarse vencer por un pesimismo peligroso. Ante su impotencia para encontrar la calma, la energía de su voluntad desamparada se acusaba de debilidad y de egoísmo; pero no podía dominar su tristeza creciente.
No vale la pena de obtener una presidencia si luego no gozamos de esas mil manifestaciones con que los demás celebran nuestro triunfo. ¿Crées que lo celebran? Bueno; lo celebren o no, hacen como que lo celebran y nos lo dicen, y ello es siempre halagador para nuestros oídos. Por mi parte ¡qué quieres, Marianela de mi alma! no me explico ese silencio, ni esa reclusión, sin dejarse ver de nadie.
Por fortuna, Pepe lo comprendió así, y, aunque acibarada el alma, rebosando hiel el pensamiento, resolvió aguantarse. ¿Qué podía hacer? ¿Dejarse llevar por la cólera, promover un escándalo, y tras no conseguir nada ser llevado a la cárcel, si aquellas mujeres requerían el auxilio de las autoridades? ¿Con qué derecho iba a turbar la paz del santo asilo? ¿Por sacar de allí a su madre?
Don Juan, avisado como estaba por Cristeta, le oyó sin hacerle caso, comprendió que su amada era incapaz de dejarse influir por una cuenta de quinientas ni de quinientas mil pesetas y, poniendo cara de hereje a la petición, negó en redondo el dinero. Tal hizo, primero por obediencia de amante, y segundo, porque si de algo se convence pronto el hombre es de que no debe dar.
Familiarizado por el contacto, miraba al bruto como a un buen amigo que iba a dejarse matar para contribuir a su gloria. Quedose inmóvil el toro algunos instantes, como cansado de este juego, mirando con ojos de sombría reflexión al hombre y al trapo rojo, sospechando en su obscuro pensamiento la existencia de un engaño que, de acometida en acometida, le empujaba hacia la muerte.
Dos veces se repitió durante el sacrificio esta tremenda al par que memorable escena: dos veces el preste espuso el Santísimo permaneciendo impávido en el altar como su leal ministro, dispuesto á dejarse sepultar bajo la desquiciada mole del templo, mientras todo á su alrededor era terror de muerte, tropel y gritería.
Palabra del Dia
Otros Mirando