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Actualizado: 24 de mayo de 2025
Subió al mezquino cuarto que le habían destinado y se dejó caer sobre el lecho llorando como un niño. «No, aquella señorita tan rica, tan hermosa, tan elegante, quizá no recordaría ya al pobre aldeano de la Braña, quizá se avergonzaría si le recordasen que había correspondido á su amor y en prueba de él le había regalado los cordones de su justillo.»
Llevaba aquel día envuelta la cabeza, por mayor gala, en un pañuelo floreado de seda y la montera encima; apretaba sus piernas membrudas de gigante fino calzón de Segovia; colgaban de la botonadura de su chaleco los cordones del justillo de Flora que había arrancado la noche anterior al infortunado Jacinto. Cuando se hartó de caracolear por los diversos grupos decidióse á entrar en la danza.
Se encontraban a la puerta de la venta Martín y Bautista, cuando pasó, envuelto en su capote, Briones, el hermano de Rosita. Le saludó a Martín muy afectuoso y entró en la venta. Vestía uniforme de comandante y llevaba cordones dorados como los ayudantes de generales. He hablado mucho de usted a mi general le dijo a Martín. ¿Sí? Ya lo creo. Tendría mucho gusto en conocer a usted.
No necesita este entallamiento artificial, porque su cuerpo es perfecto, armonioso, de líneas correctísimas, dignas de los cinceles que inmortalizaron el arquetipo de la belleza clásica. ¡Estás lindísima, hijita! exclamo, mientras corro los cordones del corsé. Como si no me hubiera casado dice ella, resumiendo en esta frase todo cuanto se puede decir de la frescura de su cuerpo.
Creen que se propaga por contagio, igual que la gripe española, y, a fin de combatirlo, forman cordones sanitarios en las fronteras. A los casos reconocidos los aíslan cuidadosamente, metiéndolos en las cárceles, y, dentro de poco, prohibirán el derecho de reunión, para evitar los hacinamientos.
Estaba orgulloso de sus muebles traídos de Madrid, todos de sedas vistosas y complicadas tallas, pesados y opulentos, que parecían proclamar a gritos el dinero de su coste, y aquí sentíase desorientado viendo sillas ligeras y frágiles, blancas o verdes, mesas y armarios de líneas sencillas, paredes de una sola tinta, sin más adorno que pequeños cuadros repartidos a grandes trechos y pendientes de gruesos cordones, todo un lujo barnizado y sutil que parecía obra de carpinteros.
Ved: en su manga derecha Se perciben dos galones, Y de Maipo los cordones Que la patria le donó: Cabo inválido, sin brazo, Solo le resta en la tierra Pedir despues de la guerra Una limosna por Dios! A la puerta de la iglesia Rememora sus hazañas, Y las gloriosas campañas Que en otros siguió; Y mostrando con orgullo De su frente un ancha herida, Pide con voz dolorida Una limosna por Dios!
Me han dicho que usan ahora una jareta en el talle, con cuyos cordones se obtiene esta rigidez del pantalón, como si estuvieran puestos sobre un maniquí de madera. Usan el «saco» entallado, con vuelo de miriñaque, como nuestras abuelas. Gastan calcetines de colores muy vivos; azul-añil, verde-esmeralda, rojo de aurora, prendas, en fin, propias de las bailarinas de la Opera.
Si con las hijas de Dario Fué Alejandro al nombre igual, Fué a su fama necesario; Yo he sido más liberal, Si es amor mayor contrario." Lope, La niña de plata, B. A. E., XXIV, 292 c. Véase la nota 12. "Manga, cierto género de coxín o maleta abierta por las dos cabeceras, por donde se cierra y assegura con unos cordones." Dicc. Aut.: "FERNANDO. ¿Quedaron las mulas a punto?
Si lo supiera M. Thiers, y fuera ahora ministro, apostaria una oreja á que me regalaba el gran cordon de la Legion de Honor, y veinte cordones que tuviera á mano. Dimos una vuelta por el paseo del Palacio Real, alargándonos hasta las Tullerías. Recorrimos la parte del Louvre en donde soliamos sentarnos con Lesperut, creyendo hallarle allí; pero no le vemos por ninguna parte.
Palabra del Dia
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