United States or Zambia ? Vote for the TOP Country of the Week !


Colgando de los brazos o en el fondo de dos bolsones de lienzo, llevaban las medias de lana burda y asfixiante, los calcetines ásperos que un puñal no podría atravesar. Es el capital de su familia; lo que la mujer y las hijas han hecho unas veces al sol, guardando las ovejas, y otras de noche, junto a los sarmientos humeantes de la cocina.

Le empujó hacia la escalera, poniéndose un dedo en los labios en señal de silencio y prudencia, y Andrés subió en calcetines y en mangas de camisa, como le había sorprendido durmiendo aquella tentación monstruosa.... Al ver el mozo cómo la puerta cerrada le aseguraba la presa, se rehizo sobre sus piernas, no muy fuertes, y avanzó de nuevo hacia Carmen con los brazos extendidos.

Tiene también sus quiebras; el hombre jamás puede ser feliz por completo. Los solteros no tenemos quien nos repase los calcetines ni quien nos enfríe el caldo al lado de la cama cuando estamos constipados; pero en cambio hay otras ventajillas, y bien pesadas las de uno y otro estado, me parece que nosotros no llevamos la peor parte. Volvió a chupar el cigarro entornando un poco los párpados.

Hay otros gastos de zapatos y calcetines, porque el mineral destroza mucho. Además, casi todas las semanas llueve en esta tierra y no se trabaja... Total, que no bebiendo vino y comiendo poco, volvemos á casa á los diez meses con cuarenta ó cincuenta duros. Pues vais á ser ricos cualquier día dijo Aresti. ¡Quia! ¡no señor! contestó el muchacho cándidamente.

Susana guardó la carta, pues no quiso abrirla delante del curioso filósofo, y contestó jovialmente que , que había muchas cosas para el tío: un buen sobretodo largo, un par de pantalones, tres camisas, zapatos, calcetines... Era una vergüenza que fuera con esa facha a comer a casa del Presidente; la misma tía Silda, ¿qué diría?... ¿Dinero?

¡Qué espectáculo tan interesante nos ofrece un centro tal de creaciones! Aquí unos calcetines por ocho cuartos; allí una sortija de dos ó tres mil duros; ahora un chaleco hecho que se da por una peseta; despues una pipa de ocho mil reales, como la que hay en la plaza de la Bolsa, número 3.

La orina de los dementes se caracteriza por el predominio de la urea. Y diga usted prosiguió en voz alta, ¿no suele usted tener los pies fríos? Helados. En el invierno gasto dos pares de calcetines porque no los puedo sufrir. Y la cabeza ¿no se le calienta a usted? ¿La cabeza? ¡hecha un volcán!

¡Ole, ole, D. Ramón! exclamé incorporándome de un salto y poniéndome los calcetines: vengan esas razones. Sán tonterías de la juventud... cuestión de amores, contestó ruborizándose un poco. Pues cuente V. esas tonterías. Me muero por ellas: no lo puedo remediar, me gustan más esas cosas que la reforma de la ley Hipotecaria de que V. me habló ayer. ¡Al fin poeta!

¡Ole, ole, D. Ramón! exclamé incorporándome de un salto y poniéndome los calcetines: vengan esas razones. Son tonterías de la juventud... cuestión de amores, contestó ruborizándose un poco. Pues cuente V. esas tonterías. Me muero por ellas: no lo puedo remediar, me gustan más esas cosas que la reforma de la ley Hipotecaria de que V. me habló ayer. ¡Al fin poeta!

Rita, sintiendo aquellos pasos violentos que desde hacía días retumbaban en los aposentos callados con isócrono rumor de máquina, movía la cabeza y suspiraba, mientras colocaba en una maleta camisas y calcetines y prendas interiores de abrigo.