Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 25 de mayo de 2025


Pasma la riqueza de las vestiduras con que se adornó: la corona elaborada en Barcelona pesaba 16 marcos 3 onzas de oro, y en ella habia un rubí, 110 balajes de todos tamaños, sesenta y seis zafies, y 499 granos de aljófar claros, blancos y gruesos como avellanas. Durante el canto del Te Deum adornó con las insignias de príncipe de Gerona á su primogénito, y armó caballeros á varios personages.

Y en la memoria de Vázquez fueron precisándose una serie de pequeños detalles, que bien pudieran considerarse síntomas de la simpatía de Coca... El agrado con que siempre le recibiera, el rubor que solía enrojecerle las mejillas cuando le hablaba, las cariñosas miradas que más de una vez sorprendió en sus ojos claros y límpidos... ¡El obstáculo era ese maldito capitán Pérez!

Llamado Roger de su fatal destino, ni advirtió su peligro, ni advertido lo temió. Muchas veces por mas avisos que un hombre tenga no puede escapar de la muerte y fines desastrados; aunque Dios nos advierte con señales manifiestos y claros, puede tener una loca confianza que nos quita el discurso para que no veamos los peligros donde está determinado nuestro fin y castigo.

Los genios vivos, los temperamentos exaltados, no causan temor como los «toros claros». Hay casi siempre en ellos un espíritu justiciero, que aunque exagerado y adulterado por la pasión, no acaba de hacerles antipáticos.

Con un codo apoyado en la mesa y la cabeza en la mano, De Pas contemplaba a su señora madre, que comía de prisa, distraída, más pálida que solía estar, con los grandes ojos azules, claros y fríos fijos en un pensamiento que debía de ver ella en el suelo. Teresina entraba y salía sin hacer ruido, como un gato bien educado. Acercó la ensalada al señorito. Ya he dicho que no ceno. Déjale, no cena.

A las nueve de la mañana se veía en las inmediaciones de la estación de las Delicias una multitud de carruajes de lujo, de los cuales salieron las damas y los caballeros ataviados según las circunstancias; ellas con vistosos trajes de fantasía para las excursiones campestres, ligeros y claros; ellos de americana y hongo, pero imprimiendo en este sencillísimo traje el sello de su capricho, procurando, como es justo, apartarse de los hongos y americanas conocidos hasta el día.

Hay que figurarse la antigua fábrica de aserrar, con su amplio techo plano, su pesada rueda llena de témpanos, su ancha barraca débilmente iluminada por una hoguera, cuya luz disminuía al acercarse el crepúsculo, y alrededor del fuego gorros de piel, sombreros de fieltro, negros perfiles mirándose unos por encima de otros y apretándose como si formaran una muralla; a lo lejos, en los claros de los bosques y en las anfractuosidades de la cañada, se veían otras hogueras que iluminaban grupos de hombres y mujeres agazapados en la nieve.

Poco a poco me has ido haciendo tu prisionero sin combatir, y con medicinas primero, con cuidados después, has ido venciéndome. Si no hay en todo esto una intención desconocida, desde ahora declaro que estoy agradecido del bien que me has hecho. Una intención y un plan hay en replicó Salvador pero ambos son harto claros.

Por algo se dijo: «calumnia, que algo quedaOtro indicio grave se alzaba contra la inocencia de Pepe: los cargos que se le hacían eran demasiado claros y concretos para ser falsos; no se le echaban en cara intentos más o menos censurables, sino los efectos positivos de su maldad. Bien claramente los enumeró Tirso.

Hay que confesarlo francamente: nuestro héroe es más hermoso dormido que despierto. Tiene su rostro dormido tanta pureza, corrección y serenidad, que hace venir á la memoria el retrato que la historia nos ha dejado de Alcibíades. Pero los ojos no prestan ningún atractivo á este rostro: son demasiado claros. Después de todo, no es fácil hallar ojos que convengan á esta clase de rostros.

Palabra del Dia

commiserit

Otros Mirando