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Actualizado: 16 de junio de 2025
Por la emoción que había sentido, Juan comprendió que no podía permanecer testigo impasible de escenas semejantes. El resto del día continuó lleno de tristezas para él. Felizmente, Bertrán como buen camarada, viéndolo aislado y melancólico, vino a hacerle compañía; sin su presencia, Juan habría llorado. Al desaparecer el sol en el mar, los excursionistas regresaron a la venta.
Fréitas dijo entonces: Será cierta la locura de Ruy Falero, mas yo os aseguro que el camarada que iba con él, y a quien conozco y trato desde hace años, tiene tan bien sentado el juicio que es muy difícil que le pierda, y es tan tenaz en sus propósitos y tan brioso y capaz de realizarlos, que no me pasmaría yo de que lo consiguiera.
El hombre del tricornio acabó por sonreír bajo el duro bigote y llamó a su camarada. Tú dijo, designándole al muchacho registra a este verro. Debe ser de cuidado. El Capellanet, perdonando el tono zumbón del enemigo, estiró los brazos todo cuanto pudo para que nadie dejase de enterarse de su importancia.
Te aceptaría como un camarada de dolor, y como no me eres indiferente, tal vez acabase por ceder á lo que deseas. Y eso sería horrible, más horrible aún que lo otro; uno de esos atentados que cometen contra las leyes naturales los que están enloquecidos por la pasión... No me busques; no quiero verte. Tengo la certeza de que he matado á mi hijo.
Entonces habría concluido para siempre dice la joven con un profundo suspiro. Pero, un instante después, se ríe ella misma de su locura. Pasan los días. Juan, como camarada de juegos, ha sobrepujado todas las esperanzas de Gertrudis. Los dos son inseparables; y Martín se ve reducido al papel de espectador... no puede, con una sonrisa gruñona, hacer más que decir amén a todas sus locuras.
¿Sabes que no noto en ti ningún cambio?... Te encuentro hoy tan ágil y tan fuerte como al salir de la Escuela. ¡Adulador! replica Delaberge, la verdad es que nuestros cabellos comienzan a blanquear y que llevamos cada uno veintiocho años más sobre la cabeza. En el fondo, sin embargo, le han halagado no poco las palabras de su camarada, sobre todo al ver que éste parece mucho más viejo que él.
Empecé como soldado de segunda clase; pero he hecho lo que he podido... Si fuese un asunto comercial, daría mi opinión: ¡pero en esto! Tal vez mi camarada... ¡Otro Martínez! Don Marcos olvidó al capitán del zapato de fieltro. Era el Lewis de la parte contraria. Toda su atención se concentró en el capitán de botas brillantes y junquillo juguetón.
Sólo llegó el cura al punto de cuando los franceses despojaron a los cristianos que en la barca venían, y la pobreza y necesidad en que su camarada y la hermosa mora habían quedado; de los cuales no había sabido en qué habían parado, ni si habían llegado a España, o llevádolos los franceses a Francia.
Un movilizado que marchaba a la cabeza, recibió una bala en el pecho y cayó. Hubo un momento de confusión y duda. «¡Adelante, adelante!» gritaron los oficiales. Los hombres pasaron por sobre el cuerpo de su camarada, y bajo una lluvia de balas entraron en la aldea.
¡Qué te he de reñir, hombre, qué te he de reñir! díjole entonces don Sabas, que enfrente de aquellas ruinas miserables del amigo y camarada de toda su vida, no acertaba a contener los lagrimones que le brotaban en los ojos , ¡ni cómo te he de vociferar!... ¡Pues bueno estaría ello, jinojo!... sino que, como he venido, pude no venir, por causa de fuerza mayor. ¡Y figúrate tú entonces! ¡figúratelo, Celso!... Vaya añadió interrumpiendo de pronto su discurso y pasando la mirada por el cuarto y acentuándola con un movimiento de sus brazos, muy significativo : aquí sobran todos menos el enfermo y yo; porque lo que va a pasar entre nosotros, no admite más testigo que uno, que es el Señor y juez de vidas y almas.
Palabra del Dia
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