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Actualizado: 8 de junio de 2025
"¡Mal te haga Dios y lo que has comido, lacerado decía yo , que tal amenaza has hecho a mis tripas!" Echó la bendición, y dijo: "Ea, demos lugar a los criados, y váyanse hasta las dos a hacer ejercicio, no les haga mal lo que han comido." Entonces yo no pude tener la risa, abriendo toda la boca. Enojóse mucho, y díjome que aprendiese modestia, y tres o cuatro sentencias viejas; y fuése.
El árbol, al ser movido, dejó caer algunas gotas de agua sobre las mejillas de la señora, que hizo una mueca graciosa. El árbol la bendice á usted dijo Octavio mirando extasiado cómo corría el agua por las mejillas de la dama. Hubiera pasado sin su bendición perfectamente contestó ella riendo. Y al mismo tiempo hundió su lindo rostro en el cáliz de la flor para aspirar la fragancia.
Cuando busques esposa atiende a encontrarla fina, bien educada, modesta, prudente, de buena familia. Atiende, sobre todo, a la educación; mira que por falta de ella se pierden muchos matrimonios. Lo sé bien, lo sé bien; yo sé lo que te digo. Ante todo la educación y la prudencia. Una mujer prudente es la bendición del Cielo para su esposo, y la educación suele hacer veces de la prudencia.
Escribid otra, mi amada hija, pero que sea tal, que ni en asuntos mundanos se entremeta, ni haga daño á nadie. Recibid mi bendición El inquisidor general.» Sintió la madre Misericordia al leer esta carta primero un acceso de cólera, luego un escalofrío de miedo.
Los unitarios, que en nada habían tomado parte, lo recibían al menos con indiferencia; los federales, lomos negros, con desdén, pero sin oposición; los ciudadanos pacíficos lo esperaban como una bendición y un término a las crueles oscilaciones de dos largos años; la campaña, en fin, como símbolo de su poder y la humillación de los cajetillas de la ciudad.
El respondió que así lo haría, y que me recibía no por mozo, sino por hijo. Y así le comencé a servir y adestrar a mi nuevo y viejo amo. Como estuvimos en Salamanca algunos días, paresciéndole a mi amo que no era la ganancia a su contento, determinó irse de allí y, cuando nos hubimos de partir, yo fui a ver a mi madre, y ambos llorando, me dió su bendición y dijo: "Hijo, ya sé que no te veré más.
Ya en este tiempo era muerto el padre de nuestro Grisóstomo, y él quedó heredado en mucha cantidad de hacienda, ansí en muebles como en raíces, y en no pequeña cantidad de ganado, mayor y menor, y en gran cantidad de dineros; de todo lo cual quedó el mozo señor desoluto, y en verdad que todo lo merecía, que era muy buen compañero y caritativo y amigo de los buenos, y tenía una cara como una bendición.
Y eso es todo lo que sé acerca de la niña y de los tres osos que vivían en el hermoso bosque en la pequeña casa con solamente una ventana y una 85 puerta. Cierto hombre rico tenía tres hijos. El hijo mayor no quería quedarse en casa; quería ver el mundo. Su padre dió su consentimiento. Una mañana salió el joven de la casa de su padre. El padre le dió su bendición.
Digamos que la vaporosa rubia no echó en saco roto los consejos de su buena amiga y aun que supo aprovecharlos. Pero esto se verá más adelante. Al año de casarse el brigadier diole su esposa, como fruto de bendición, una hermosa niña que se bautizó con el nombre de Julia: fue refuerzo de desgracia para el pobre Miguel, aunque de modo inocente.
Iba a pasar suntuosa procesión; era el cardenal Bibbiena, que se trasladaba a la iglesia donde debía celebrar. »Véale, véale me dijeron, mostrándome su dedo adornado magníficamente de oro y pedrería. »Fijé mi vista sobre el santo ministro que echaba su bendición al pueblo arrodillado ante él. »¡Teobaldo! exclamé.
Palabra del Dia
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