Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 8 de mayo de 2025


Eran estos los dos Caciques de mayor nombre y poder de la tierra; y para dar principio á la nueva cristiandad, era necesario concordarlos entre , y apagada toda malevolencia, volverlos á hacer amigos.

Yo le conozco a usted hace mucho tiempo manifestó el peluquero con la misma voz apagada y sin dejar de sonreir. ¡Oh, , hace mucho tiempo! Usted no me conocerá... ¡Claro! los señoritos no acostumbran a fijarse en nosotros. Le tengo visto muchas veces por ahí a caballo y en coche... y también a pie. En los bailes de las Escuelas le veo a menudo. Baila usted muy bien, señorito, ¡muy bien!...

Parece una hermana de la Caridad... ¡Vaya con los males de esta señora!». Ayer estuve muy malita dijo ella con voz apagada . La cabeza se me partía, y como no me podía quitar de entre aquella idea, y dale con lo mismo... ¡Lo que una piensa!... Tengo que declarar que soy... Honrada, , hoy más que ayer y mañana más que hoy. Por sabido se calla. No, hombre, no digo eso. ¿Cómo que no?

Hundido en la cama y apagada la luz, sentía una intensa voluptuosidad recordando todo lo ocurrido aquella tarde. El cansancio del viaje, la mala noche pasada en el vagón, no le daban sueño, y con los ojos abiertos en la obscuridad iba reconstituyendo lo que la artista le había contado a última hora paseando por el jardín.

Se parece a murmuró el conde con tan blando acento que apenas si llegó a los oídos de su amante. Aún más a respondió ésta en la misma voz apagada. Luego, por un movimiento simultáneo, ambos volvieron la cabeza y se miraron larga, intensamente, con amor. Te adoro, Amalia dijo él. Te quiero, Luis respondió ella.

Cuando tía Carmen estaba muy débil me costaba trabajo entenderla. Como entonces su voz era trémula y apagada, la enferma se veía obligada a repetir las frases, y no lo hacía sin dar muestras de impaciencia. La doncella, habituada a oirla, se apresuraba a decirme lo que yo no había entendido, y apuraba el ingenio para no entristecer a la anciana.

He tenido miedo al verle continuó con voz lenta y apagada, un poco de miedo nada más; la natural sorpresa, y, sin embargo, estaba pensando en usted en aquel momento. Se lo confieso. Me decía: «¿Qué hará aquel loco a estas horas?»; y repentinamente se presenta usted aquí como un aparecido.

El paciente dio un gran suspiro, abrió los ojos, miró a todos uno por uno; y no con furia, no con espasmos de insensato, ni iracundas recriminaciones, sino con apagada voz, con sentimiento tranquilo, que más que nada era profundísima lástima de mismo, pronunció estas palabras: «Caballeros, ¿es cierto lo que me figuro?... ¿Es cierto que estoy en Leganés?».

Ella me dijo sin llorar, pero sus ojos estaban enrojecidos, lo que acabo de contarle, y como yo no tenía ya nada más en el mundo que la piedad de mi madrina, finalmente, con una voz apagada que arrancaba de su pecho con grandes esfuerzos, me dijo: «Hija mía, mi pobre Adela, mi único amor, Dios te proteja... y cuando El, en su bondad, te un esposo... ¿Lo oyes bien, hija mía? añadió levantando la cabeza y tomando un tono de voz lúgubre y grave que aun resuena en mis oídos , ¡que ese esposo vengue a tus padres y que, a cambio de la sangre de tu padre asesinado, tome la sangre de Maugis

Luego que los cuatro ilustres senadores que formaban mi auditorio se colocaron bien en sus sillas, saqué fuerzas de flaqueza, tosí, miré á todos lados con angustia, respiré con fuerza, y con voz apagada y temblorosa, empecé de esta manera: «Capítulo primero.

Palabra del Dia

commiserit

Otros Mirando