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Actualizado: 3 de mayo de 2025
Nadie la había visto, pero su hermosura era extraordinaria. Y su raptor y guardián era aquel hombre antipático, siempre de negro, con cara adusta... Le escucharon todos con gran interés: unos, conmovidos egoístamente por la hermosura de la dama; otros, noblemente indignados de que junto a ellos pudiese un hombre realizar este secuestro.
Pero Carlos no lo veía lo mismo, y se tiraba del bigote, presa de una sorda irritación. Aquello era más que una falta de política por parte de una persona tan correcta; se veía una intención ofensiva. ¿Por qué? El conde no le había sido muy antipático a primera vista.
Pude confirmar esta opinion al visitar, por la primera vez de mi vida, en Southampton, una iglesia protestante. Ningun pueblo fué mas feroz hasta la edad media, que el de Inglaterra; ninguno mas turbulento y antipático para la civilizacion. Y sinembargo, hoy es frio, reflexivo, civil, pacífico, humano, moral y eminentemente progresista. ¿Quién ha operado este prodigio?
Así como las fronteras nacionales tienen sus jefes de aduana sin cuyo pase no es posible entrar, el real sitio de San Lorenzo posee un interesante personaje (nada antipático por cierto) sin cuya compañía es de todo punto inútil, si no imposible, visitar los monumentos, los jardines y demas bellezas del lugar. Ese personaje es un ciego, llamado Cornelio, de reputacion mas que europea, anciano muy bondadoso y atento y de una memoria prodigiosa apesar de sus setenta y seis años. Cornelio es el guia ó cicerone obligado de todo el que visita el palacio del Escorial. El siglo XIX lo encontró ya privado de la vista, y durante cincuenta ó mas años el pobre ciego ha recorrido por lo ménos quince mil veces todos los claustros, salones, galerías, escaleras y patios del inmenso edificio, y relatado dia por dia los mismos hechos y las mismas cosas á centenas de miles de curiosos visitadores.
¡Qué sol más antipático! murmuró, todo debiera estar de duelo, como lo estoy yo! ¡Qué hacer, qué hacer, Dios mío! ¡Virgen de Luján, ayúdame!
Las necesidades que el hombre se crea al contraer matrimonio, son muchas: los hijos pueden aumentar demasiado, y todo debe mirarse. Yo no necesito casarme por interés. Tengo una carrera bastante lucrativa. Mis padres me han de dejar también alguna hacienda... ¿Quieres preguntarle si le he sido antipático en las pocas veces que he hablado con ella, y si consiente que me presenten en su casa?
Rara vez ve usted un hombrachón robusto y una mujer fresca. No lo duden ustedes, nuestra raza está mal alimentada, y no es de ahora; viene pasando hambres desde hace siglos... Mi país me es bastante antipático, y desde que me meto en el express de Irún ya estoy renegando.
Se habían encerrado, y en la soledad de la habitación, sin luz, porque el amo de la casa era partidario frenético del oscurantismo en todas sus manifestaciones, la dolorida señora se explayaba y derrochaba a sus anchas el tesoro de su dolor, manifestándolo de mil modos con florida inspiración elegíaca... El día le era antipático. Gustaba de la noche para cebarse en la contemplación de su pena.
Elena se mostró indignadísima ante aquella superchería y para castigarla le dio unos cuantos pellizcos y le tiró del bigote con refinada crueldad. Pero entonces, ¿por qué comenzaba a apoyar la cabeza en su pecho? ¿Por qué no se mantenía derecha? Porque hablo mejor así, antipático. ¿No comprendes que tengo la boca más cerca de tu oído? Sin embargo cada vez hablaba menos.
El barrio en que su mala suerte la había traído a vivir, era para la de Rufete atrozmente antipático. Algunas tardes salía con Riquín y D. José a dar una vuelta por la calle del Mesón de Paredes, el Rastro y calle de Toledo, y sentía tanta tristeza como repugnancia.
Palabra del Dia
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