Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 14 de mayo de 2025
He estado haciendo ciertas averiguaciones. ¿Y qué ha descubierto? Varios datos que tienden más bien a aumentar que a aclarar el misterio que rodeaba a su pobre padre. Noté que su rostro estaba más pálido que cuando me había ausentado de Londres, y que parecía enervada y extrañamente ansiosa.
El mismo en cuerpo y alma contestó este. ¿Y Marisalada? preguntó ansiosa la tía María. ¿Y don Federico? preguntó Dolores. Ya los pueden ustedes aguardar hasta el día del juicio respondió Momo , ¡vaya que ha estado bueno mi viaje!, gracias a madre abuela, que me he visto metido en un berenjenal, que ya... ¿Pero qué es lo que hay?, ¿qué te ha sucedido? preguntaron su abuela y su madre.
Yo la amaba, aun cuando jamás le había declarado mi pasión; por consiguiente, ignorando la realidad, ella me había tratado como amigo sincero, según había sido mi deseo. Sin embargo, ¿por qué no había buscado mi ayuda? ¡Las mujeres son seres tan extraños, después de todo! reflexionaba yo. ¡Tal vez amaba a ese rústico hombre! Pasó una semana ansiosa, febril, y Mabel no daba señales de vida.
»Por último, al retirarse mi madre a su habitación, la advertí lo de la cita al banquero. Preguntome ansiosa que para qué, y me excusé de complacerla, recordándola nuestro convenio de no descubrirla mi plan hasta que estuviera ejecutado. En hablando a solas con el banquero, lo estaría... en lo que a ella le interesaba.
Era la supeditación de los novatos ante el discípulo viejo habituado a los usos de la casa. Cuando llegaba una votación y se agitaban las oposiciones creyendo en la posibilidad de la victoria, el ministro de la Gobernación le buscaba en los bancos con mirada ansiosa: A ver, Brull, traiga usted a esa gente; somos pocos.
El magnate, de alma corrompida y cuerpo gastado, y la bella provinciana, ansiosa de volar a esferas más altas, habían nacido, sin duda, para comprenderse. Se atrajeron por afinidad electiva como muchos cuerpos de la Naturaleza. Venturita agotaba todos los recursos de su imaginación en el tocador, y se presentaba cada día más seductora.
MANRIQUE. ¡Esto aguardaba yo! ¡Cuando creía que más que nunca enamorada y tierna me esperabas ansiosa, así te encuentro, sorda a mi ruego y a mis halagos fría! ¿Y tiemblas, di, de abandonar las aras donde tu puro afecto y tu hermosura sacrificaste a Dios...? ¡Pues qué! ... ¿No fueras antes conmigo que con Dios perjura? Sí; en una noche... LEONOR. ¡Por piedad! MANRIQUE. ¿Te acuerdas?
Su nacimiento en los Estados Unidos facilitó que la admitiesen en el personal sanitario de las divisiones americanas que se batían en Château-Thierry. Escuchando el príncipe las explicaciones de don Marcos, recuerda una confesión de Alicia. Era torpe de manos; su voluntad, ansiosa de hacer el bien, flaqueaba por falta de medios materiales en el momento de la acción.
Cuanto se refería a las relaciones de Pepe con sus padres, quedó ante los ojos de Paz borrado por aquellas afirmaciones: pidió pruebas, esperanzada con que no se las darían, o ansiosa de poder desmentirlas, y entonces ella misma se prendió en la red que la tendían. ¡Mentira! dijo. Y esa mujer, ¿quién es? ¿Cómo sabe Vd. que él la quiere?
Salvador se paseaba por la sala agitado; mortificaba su barba rubia con una mano implacable, y sus espuelas levantaban en la estancia silenciosa un belicoso acento metálico. Moría la tarde en la cerrazón sombría del cielo, y don Manuel tendía hacia el joven una mirada ansiosa.
Palabra del Dia
Otros Mirando