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Actualizado: 29 de junio de 2025
Multitud de niños le rodean, le tiran de la coleta ya deshecha y desarreglada, le arrebatan un pastel, le regatean el precio y le hacen mil diabluras. El chino grita, jura y perjura en todos los idiomas que chapurrea, incluso en el suyo, lloriquea, rie, suplica, pone buena cara cuando la mala de nada le sirve y vice-versa.
MANRIQUE. ¡Esto aguardaba yo! ¡Cuando creía que más que nunca enamorada y tierna me esperabas ansiosa, así te encuentro, sorda a mi ruego y a mis halagos fría! ¿Y tiemblas, di, de abandonar las aras donde tu puro afecto y tu hermosura sacrificaste a Dios...? ¡Pues qué! ... ¿No fueras antes conmigo que con Dios perjura? Sí; en una noche... LEONOR. ¡Por piedad! MANRIQUE. ¿Te acuerdas?
En vista de estas y de otras reflexiones, y de no pocos indicios y pruebas que vinieron después, el pobre Mutileder tuvo al fin que abrir los ojos, y que reconocer que Echeloría se había dejado querer, y hasta que pagaba a Salomón su cariño, queriéndole y siendo infiel y perjura a su Mutileder y a los juramentos hechos en Aratispi y en Churriana.
Y luego, aunque se quede usted sólita en el baile, mucho cuidado con aceptar invitación de tantos pollos amables, porque si el señor sabe que se ha bailado, pone un hocico inaguantable y habla de un tal Otelo, y dispara un soneto en que le pone a una de pérfida, perjura e infiel, que no hay por dónde cogerla.... No señor; la cosa no puede seguir así.
Sacrebleu, sacrebleu jura y perjura el hombre gordo y bermejo, a tiempo que se enjuga la exudación de la frente . Acércate, Nolo, que yo tengo necesidad de confiarme, y es tanto mejor de encontrar un corazón leal que de monologar. ¡Ah, mi Dios, que yo estoy cansado...! Estoy cansado de la patrona, de mi bien amada mujer. Las mujeres en mi país son ahorradoras. Yo amo a las mujeres ahorradoras, buenas manejeadoras. Pero mi mujer es ya muy demasiado ahorradora; muy demasiado, muy demasiado. Yo me encabezo en mi negocio y trabajo como un asno después de la mañana hasta la noche por ganar buena plata; pero yo amo los buenos dineros para darme buena vida y comer a mi grado. Esto es ya lo que me resta. Voil
El cree añadió un estudiante de burlona catadura, allí estante y presente al caso que aprendiendo las irregularidades y variaciones de los verbos cóncavos y enfermos, se aprende a conocer a los hombres, y porfía y jura y perjura que el gobernar el Estado guarda necesaria hilación con la métrica y el arte de los consonantes.
Miradla por dentro, observadores de superficies: no hay día que no engañe a un nuevo pretendiente; veleidosa, infiel, perjura, desvanecida, envidiosa, áspera con los suyos, insufrible y altanera con su esposo: esa es la hermosura perfecta, cuya cara os engaña más que su careta. ¿Veis aquel hombre tan amable y tan cortés, tan comedido con las damas en la sociedad? ¡Qué deferencia! ¡Qué previsión! ¡Cuán sumiso debe ser!
Hasta ha habido instantes de obcecación, en que la he culpado, en que la he tildado de inconsecuente, de falsa, de perjura, de infiel.... ¡Cielos santos! ¡Qué frenesí fue el mío! Ella no me prometió nada; ella no se ligó conmigo por lazo alguno. Ella me amaba antes como ahora me ama. No, no ha habido mudanza en ella.
Empieza asimismo a fumar, es más cigarro que hombre, jura y perjura y habla detestablemente; su boca es una sentina, si bien tal vez con chiste.
LEONOR. No, Manrique, por mi vida. ¿Me buscáis a mí, es verdad? Sí, sí... yo apenas pudiera tanta ventura creer. ¿Lo ves? Lloro de placer. MANRIQUE. ¿Quién, perjura, te creyera! LEONOR. ¿Perjura? MANRIQUE. Mil veces, sí... Mas no pienses que insensato a obligar a un pecho ingrato, a implorarte vine aquí. No vengo lleno de amor cual un tiempo... LEONOR. ¡Desdichada! MANRIQUE. ¿Tembláis?
Palabra del Dia
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