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Vieron a la vieja cocinera que acudía hacia ella con el peón jardinero. Este último, cuando estuvieron cerca, le gritó a Marta con altanería: Señora, dadle las llaves del cuarto alto a Mariana; la condesa lo manda. Y no resistáis a su orden, porque si no, recurriré a la violencia para quitaros las llaves. Os está prohibido subir.

En los momentos críticos, Bobart tenía la costumbre de desarmar á Clementina llamándola "bella prima." La lisonja hizo su efecto. Una sonrisa altanera crispó los labios de la señorita Guichard; lanzó un vigoroso suspiro que la libró de su opresión y dijo, mirando con altanería á su primo aterrado: ¿Crees que le temo? Ahora vamos á vernos los dos. Viene, sin duda, á pedir gracia, insinuó Bobart.

Pinedo la tenía alejada de la sociedad que frecuentaba, la ocultaba cuidadosamente lo mismo que Triboulet. La esposa de Osorio siempre había tratado a este personaje con un poco de altanería, lo cual no era raro en ella como ya sabemos. Mas ahora el estado placentero de su espíritu la tornó expansiva y llana por algunos instantes.

El jefe que había ordenado la ejecución anunciaba el hecho a la ciudad en estos términos, llenos de abnegación y altanería: «Participo al Gobierno delegado que el coronel don Manuel Dorrego acaba de ser fusilado por mi orden al frente de los regimientos que componen esta división.

Su gesto soberano y su gallardo continente, sin altanería, revelaban dominio sobre las demás. Al instante presentó á Pacorrito. Este se quedó todo turbado y más rojo que una amapola cuando la Princesa, tomándole de la mano, dijo: Presento á ustedes al Sr. D. Pacorro de las Migajas, que viene á honrarnos esta noche.

Los moriscos iban y venían trayendo la carne en espuertas o cacharros, mientras los impávidos halconeros esperaban, tranquilamente, junto a las aves. Debía ser harto grande la pasión de los avileses por la caza de altanería, a juzgar por aquel sinnúmero de pájaros.

Ella se irritó y hemos estado enfadados una semana entera, con motivo de ese Gerardo, que la corteja sin ocultarse. Encontraba yo que ella aceptaba y hasta buscaba imprudentemente sus galanteos y que se comprometía. Hícele la observación y ella la tomó con altanería e impaciencia. La acusé de ser una coqueta y de hacer doble juego, y ella se indignó, por lo que cambiamos palabras crueles.

¿Qué quería usted? preguntó, como pudo haberlo preguntado la pared. Petra se repuso y, casi con altanería, contestó: Era un recado para el señor Magistral. Y salió del despacho. En la puerta de la escalera la recibió con afable sonrisa Teresina y se despidieron con sendos besos en las mejillas, como las señoritas de Vetusta. Eran amigas, ambas de la aristocracia de la servidumbre.

Su carácter, análogo al lenguaje, es irascible, tenaz, lleno de altanería, y muy poco alegre; son sin embargo mas inclinados al trabajo que los Apolistas, sobretodo á la agricultura y á las correrías escudriñadoras en el seno de las florestas.

Tuvo que interrumpirse aquí el coloquio, porque se oyó el recio y bien conocido taconeo de miss Mary que se acercaba... Ramón, cuya única antipatía en el mundo era esa miss Mary, se hizo humo... Lita simuló dormitar y despertarse sobresaltada... ¿Viene usted a buscarme, miss... «Yes»? preguntó, no sin altanería. «Yes, Lita. Your mother is coming»... Ante tal argumento, Lita cedió.