Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 31 de mayo de 2025


A distancia de cien metros apareció Julia, paraguas en mano pisando adoquines, saltando charquitos, tan airosa como indecorosamente arremangada. Al llegar a cuatro pasos de él, dijo chulescamente: Oiga usted, señorito, ¿me tié usted que contar muchas cosas ú es que vamos a hacer de patos? Nos meteremos en un portal. ¿Y si pasa alguno que me conozga y lo cuenta?

Los ojos eran como llagas ya secas e insensibles, rodeados de manchas sanguinosas; la talla mediana, torcidas las piernas. Su cuerpo había perdido la conformación airosa por la costumbre de andar a ciegas, y de pasar largas horas sentado en el suelo con las piernas dobladas a la morisca.

No podía decirse que hubiese sufrido, sino gozado cambio; antes era fina, gentil y airosa; ahora, sin perder elegancia, esbeltez ni gallardía, estaba más llenita y redondeada; de linda se había trocado en hermosa. ¡Y qué modo de vestir! ¡Buena modista y buen pagano!, porque todo lo que llevaba puesto era rico. ¿En poder de quién estaría? ¿Qué vida habría hecho desde que él la dejó burlada?

En aquel momento podía jurarse que no nos veía, absorta enteramente en el placer de ir mostrando una a una las mil combinaciones elegantes a que su airosa figura se prestaba. La pasión del baile era la pasión de su cuerpo, era la adoración extática de su propia gracia. Cuando una mudanza terminaba parecía salir de su éxtasis, y nos miraba risueña con ojos vagos y húmedos.

A ver si hay castellana de leyenda que mejor arrastre la fimbria de su vestido; ni que con más lindo ni mejor calzado pie hunda más gallardamente el espeso vellón de una alfombra; ni cuerpo en que mejor caiga una bata de paño de seda gris con encajes de Bruselas; ni curvas de más valiente trazo para lucir las hechuras de una prenda semejante; ni cabeza más airosa sobre cuello mejor colocado.

El retrato de doña Inés Muñoz de Ribera se encuentra aún en el presbiterio de la iglesia, y sobre su sepulcro se lee: Este cielo animado en breve esfera depósito es de un sol que en él reposa, el sol de la gran madre y generosa doña Inés de Muñoz y de Ribera. Fué de Ana-Cuenca encomendera, de don Antonio de Ribera esposa, de aquel que tremoló con mano airosa del Alférez Real la real bandera.

Además, la hacienda de Santa Clara no está en el fin del mundo.... ¡Ya, ya verá usted a su sobrino, qué majo y qué gallardo que viene, vestidito de charro, en un caballo soberbio! ¡Ya verá usted, tía Pepa, qué elegante y guapo estaré con el pantalón ceñido, el jarano galoneado, la chaquetilla airosa y la pistola al cinto! ¡Y «taca, taca, taca»! ¡Ahí está el ranchero! ¡Ya llegó!

Fortunata le miraba con sorpresa mezclada de temor, el codo en la mesa, derecho el busto, en una actitud airosa y elegante, llevando pausadamente del plato a la boca, ahora una pasita, ahora una almendrita.

Pero entónces no llevamos en cuenta una cualidad que influye sobre manera en casos semejantes: la firmeza de carácter. Este olvido podrá hacer muy bien que defraude nuestras esperanzas un hombre virtuoso, y las exceda el malo; pues que para sacar airosa la virtud en circunstancias apuradas, sirve admirablemente el que obren en su favor pasiones enérgicas.

Ana se había olvidado del Magistral desde la tarde anterior; ¡ni una vez sola, desde la aparición de don Álvaro a caballo había pasado por su cerebro la imagen grave y airosa del respetado, estimado y admirado padre espiritual! Y ahora se presentaba de repente dándole un susto, como sorprendiéndola en pecado de infidelidad. Por la primera vez sintió Ana la vergüenza de su imprudente conducta.

Palabra del Dia

irrascible

Otros Mirando