Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 25 de junio de 2025


Miraba a un lado y a otro, como si temiera encontrarse con los bigotes y los ojos severos de la Guardia civil, y luego, tras una vacilación de hombre modesto que teme revelar su importancia, llevábase una mano a los riñones y tiraba del interior de la faja, sacando un cuchillo cuyo brillo y limpieza parecían hipnotizarle. ¿Eh? decía, admirando la tersura del acero virgen y mirando a Febrer.

Pasaba la mañana en el Matadero, y por las tardes formaba grupo a la entrada de la calle de las Sierpes con otros vagabundos, admirando de cerca a los toreros sin contrata que se juntaban en La Campana, vestidos de nuevo, con flamantes sombreros, pero sin más de una peseta en el bolsillo y hablando cada cual de sus propias hazañas.

Sentose la joven, y la pluma remontándose de nuevo por los aires, empezó a dar vueltas en torno suyo, admirando de cerca y, de lejos, ya la blancura del cutis, ya la expresión y brillo de los ojos, ya los cabellos negros, ya sus labios encendidos, todas y cada una de las perfecciones de tan ejemplar criatura. «Aquí me he de estar toda la vida exclamaba la viajera en su enrevesado idioma.

Además, le molestaba el libertinaje grosero, ruidoso, con publicidad, como un alarde de riqueza. «Esto no lo hay en París decían sus acompañantes admirando los salones enormes, con centenares de parejas y miles de bebedores ; no, no lo hay en ParísSe fatigaba de tanta grandeza sin medida.

Cuando se ha conseguido el indicado permiso, se desciende el Guaporé ó Iténes, admirando lo pintoresco de sus márgenes, y las montañas que dominan su ribera izquierda. A dos leguas, poco mas ó ménos, se presenta el fuerte del Príncipe de Beira sobre el cual tremola el pabellon brasilero. Este fuerte, de forma cuadrada y rodeado de fosos, tiene ademas un baluarte en cada flanco.

En su soledad, se recrearía discurriendo muy a sus anchas por la estufa, admirando las galanas flores tropicales, y aspirando sus embriagadoras fragancias. Fuese Ponte Delgado, despidiéndose con afectuosas salutaciones y sonrisas tristes, y tras él Benina, que apresuró el paso para alcanzarle en el portal o en la calle, deseosa de echar con él un parrafito.

Le hicieron referir su aventura y explicar el tratamiento del doctor Bernier, admirando todos la habilidad con que estaban dados los puntos de sutura, que apenas se conocían. Imaginaos que ese excelente Bernier ha completado mi persona con la piel de un auvernés. ¡Y qué auvernés, Dios mío! ¡El más estúpido y sucio de la Auvernia!

Más valía que dijese terminantemente que no. «¿Por qué te vas tan lejos de ? Parece que te causo horror. Cuando entro, te pones seria; cuando crees que no me fijo en ti, estás ensimismada y te sonríes como si en espíritu hablaras con alguien». Otra cosa le mortificaba. Cuando salían juntos a paseo, todo el mundo se fijaba en Fortunata, admirando su hermosura; luego le miraban a él.

¿Adonde vamos? preguntó distraídamente Castro al llegar a las cuatro calles. Hombre, ¿no habíamos quedado en casar por casa de Calderón? dijo tímidamente y un poco despechado Ramoncito. ¡Ah! ; se me había olvidado. El joven concejal suardó silencio, admirando en su fuero interno aquella singular facultad de olvidarlo todo, que poseía su amigo.

Duró el combate una media hora, repitiéndose los disparos por ambas partes con la velocidad de la artillería de tiro rápido. Ferragut estaba cerca del cañón, admirando la fría calma con que lo manejaban sus servidores. Uno tenía siempre un proyectil en los brazos, pronto á dárselo al compañero, que lo introducía con rapidez en la recámara humeante.

Palabra del Dia

dermatológicas

Otros Mirando