United States or Sudan ? Vote for the TOP Country of the Week !


No pienses en ello, niño, que si algún día me dan ideas de faltarte, será con todos menos con él. ¿No vale más tu personilla que ese mono? ¿Por qué te celas? ¡Pues el gachó es de oro para que una mujer se chale por sus pedazos! ¡Con más botones en la cara que un jardín en primavera! Deja que Soledad coma de esa fruta... ¡Para ya está podría!

Dios te guíe, Sancho, y te gobierne en tu gobierno, y a me saque del escrúpulo que me queda que has de dar con toda la ínsula patas arriba, cosa que pudiera yo escusar con descubrir al duque quién eres, diciéndole que toda esa gordura y esa personilla que tienes no es otra cosa que un costal lleno de refranes y de malicias.

Era don Cayetano un viejecillo de setenta y seis años, vivaracho, alegre, flaco, seco, de color de cuero viejo, arrugado como un pergamino al fuego, y el conjunto de su personilla recordaba, sin que se supiera a punto fijo por qué, la silueta de un buitre de tamaño natural; aunque, según otros, más se parecía a una urraca, o a un tordo encogido y despeluznado.

Ella le respondía con toda la inocencia de su alma, no cesaba de elogiar a su institutriz y respondía a los cumplimientos fraternales sobre su personilla: En otro tiempo no me encontrabas tan a tu gusto; el reflejo de miss Dodson me era menos favorable... La joven decía esto alegremente y sin malicia alguna.

No; era un fusil porque el Magistral lo acercaba a la cara y hacía con él puntería. Bismarck respiró: no iba con su personilla aquel disparo; apuntaba el carca hacia la calle, asomado a una ventana. El acólito, de puntillas, sin hacer ruido, se había acercado por detrás al Provisor y procuraba seguir la dirección del catalejo.

Eres una personilla delicada, muy delicada, quizás de inmenso valor; pero ¡qué demonio!, pon un arpa en manos toscas... ¿qué harán?, romperla.... Porque tu constitución débil no te permita romper piedra y arrastrar tierra como esas bestias en forma humana que se llaman Mariuca y Pepina, ¿se ha de afirmar que no sirves para nada? ¿Acaso hemos nacido para trabajar como los animales?... ¿No tendrás inteligencia, no tendrás sensibilidad, no tendrás mil dotes preciosas que nadie ha sabido cultivar?

Eso le enseñará a usted, señorita, a reflexionar antes de hablar. Creí que elegirías otro. ¿Cuál? ¿A quién harías de buen grado el precioso don de tu personilla? Ya lo pensaré, papá. Veo que contigo no hay que andarse en bromas. Pero ¿quién me dice que el feliz elegido no será recalcitrante? Eso, pequeña, es asunto vuestro. No puedo darte ni garantía ni consejos.

El cuerpecito grotesco y desmedrado del ecuánime covachuelista ha sido suculento festín de usureros; D. Amaranto sabe bien la amargura de ver su ajuar de titiritero en medio del arroyo; conoce la bárbara cacería que sobre su personilla realizan mensualmente el panadero, el tendero, el carbonero. Los mozos de café son también para el Sr.

Es igual; ¡qué bien se encuentra uno en su casa! ¡Eh, Luisa! ¡Ven y siéntate un momento aquí! ¡Mire usted, papá Juan Claudio, con esta personilla a un lado, el jamón al otro y la jarra en frente, en menos de quince días me reponía completamente; no me reconocían los camaradas de la compañía!

A modo de antenas, llevaba entre el revuelto peinado dos cuernecillos; el arca del cuerpo, encerrada en un corsé de terciopelo casi negro tornasolado, a listas pardas y de oro; y en lo restante de su persona, o, mejor dicho, personilla, porque era pequeña y traviesa, malla del color de la carne; las eternas mallas, que eran como el alma y principal aliciente de aquel templo de Talía.