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Cuando las dos señoritas Lammeter entraron al salón de recepción, el que no hubiera conocido el carácter de cada una de ellas hubiera podido sin duda suponer que la razón que había inducido a Priscila, de acciones vulgares, retaca y mal hecha, a vestir un traje igual al de su linda hermana, era su ciega vanidad o la maliciosa ocurrencia de Nancy para realzar de ese modo su singular belleza física.

De todas las coqueterías ésta es la más condenable, porque implica la intención de hacer sufrir, empeño que delata poca reflexión y una torcida contextura ingénita de nuestro espíritu. Ya se ve, pues, cómo el «no» es más difícil que el «» de las niñas. Y esta dificultad aumenta, según va dicho, cuando con nuestra frivolidad y nuestras vanidades hemos inducido en error al pretendiente.

El elegido por el Rey fue Velázquez. La circunstancia de haberse hecho este nombramiento después de volver el pintor de Italia ha inducido a algunos a creer que así le recompensó espontáneamente Felipe IV por lo bien que en aquella ocasión le había servido; pero si esto fuera cierto, no hubiese tardado ocho meses en premiarle. Además, Velázquez solicitó la plaza.

Esa es mi duda, mi angustia. ¿A dónde puede haber ido? No conoce á nadie. Encontrándose sola en la calle, ¿dónde estará? Yo creí... francamente, creí que estuviera aquí. ¡Aquí! Yo pensé que usted la había inducido á salir; que había venido en busca de usted, á quien conocía. ¿Y aún cree usted que está aquí? preguntó Bozmediano sonriendo. Ahora... no afirmo nada ... dudo.

Convéncele de que soy fea, de que gusto de D. Casimiro, de que mi ingratitud hacia él merece su desprecio. Yo debiera haberle hablado en este sentido; pero soy tan débil y tan tonta, que no hubiese atinado á decírselo, y tal vez le hubiera inducido estúpidamente á que creyese todo lo contrario. Por amor de Dios, Lucía de mi alma, despide por á D. Carlos. Yo no puedo, no debo ser suya.

Se ha supuesto, á la verdad, que Calderón es también autor de comedias más antiguas, habiéndole inducido á adoptar nombres falsos algún motivo desconocido; y acaso no sea improbable esta hipótesis, á lo menos en nuestro juicio, puesto que no se encuentra mencionado en ninguna parte ningún autor dramático llamado Luis Alvarez; pero á la conclusión de la más antigua, Peor está que estaba, se dice que su primer autor la titula Todo sucede al revés, con cuyas palabras se indica también que esta obra es imitación de otra anterior.

, lo reconocía; el exterior de «un cualquiera» la había inducido a ignorar el alma de aquel ser superior. ¡Cuánto deploraba en ese momento su snobismo que tantas veces había contribuido a que prestase atención a los jóvenes según el mérito de apariencias superficiales y fútiles!

Estaba tan seguro de los motivos que la habían inducido á pedirle esta entrevista, que avanzó á su encuentro con un aire galante. ¡Oh, Alicia! dijo, tendiendo á la vez sus dos manos. Pero estas manos se agitaron inútilmente en el vacío, sin encontrar dónde asirse, y al fin cayeron con desaliento. Lubimoff se sintió desconcertado ante la mirada de la mujer.

Supuesto lo que antecede, murmuraban unos y celebraban otros que, avergonzada Rafaela de no tener en su casa ni leche de vacas ni butiro fresco, había inducido a D. Joaquín a fundar una buena casa de vacas en la chácara de Petrópolis, donde había ricos y abundantes pastos: un capim exquisito.

El genio epidémico y de las constituciones médicas es la causa que ha inducido á algunos á no creer en la universalidad de la ley de los semejantes.