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Actualizado: 29 de junio de 2025
El sol concluía su carrera, y no se descubría el menor aviso de habitación humana en ningún punto del horizonte; no se veía más, sino la dehesa sin fin, desierto verde y uniforme como el océano. Fritz Stein, a quien sin duda han reconocido ya nuestros lectores, conoció demasiado tarde que su impaciencia le había inducido a contar con más fuerzas que las que tenía.
La frente ancha y baja, las despejadas sienes, los cabellos cortos y rizados que avanzaban en punta hasta cerca de las cejas, la nariz recta y larga, el mentón prolongado, y, sobre todo, la expresión tranquila de sus ojos obscuros hubieran inducido a creer que pertenecía a la familia de los rumiantes más bien que a la de las fieras; pero hubiese sido aventurado fiarse de las apariencias.
No es pues el sentido quien me ha engañado, sino mi lijereza y precipitacion. La sensacion era tal cual debia ser; pero yo le he hecho decir lo que ella no me decia. Si me hubiese contentado con afirmar que oia ruido parecido al de cañonazos distantes, no hubiera inducido al error á otros y á mí mismo.
Vais a saberlo; Margarita vivió dos largos años de inquietud. El conde, que mejoró un poco en su salud, recuperó un tanto la claridad de espíritu; pareció deplorar su casamiento, y su mujer le inspiró aversión. Ella tenía poca esperanza de que favoreciera en su testamento a aquella que le había inducido a contraer un matrimonio deshonroso.
El la había inducido a abandonar a su padre, turbándola con una embriaguez voluptuosa. Sintió el deseo de vengarse, de recobrar su libertad, y abandonando a Salvatti, huyó con el conde Selivestroff, un ruso de varonil belleza, rico y capitán de la Guardia Imperial. Su suerte estaba echada; pasaría de brazo en brazo. Su vida era el canto y dejarse adorar por los hombres.
Mi orgullo maternal y mi altivo menosprecio de las consideraciones y respetos sociales, en época en que estaba yo más sobre mí y muy engreída, me habían inducido a ser imprevisora y a no desear ni buscar con oportunidad mayor el reconocimiento de mi hija por quien evidentemente era su padre. Mi empeño fue ya tardío.
Palabra del Dia
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