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La montonera, tal como apareció en los primeros días de la República bajo las órdenes de Artigas, presentó ya ese carácter de ferocidad brutal, y ese espíritu terrorista que al inmortal bandido, al estanciero de Buenos Aires estaba reservado convertir en un sistema de legislación aplicado a la sociedad culta, y presentarlo, en nombre de la América avergonzada, a la contemplación de la Europa.

Claro que quien perdía principalmente era ella; pero de reflejo también se menoscababa la dignidad del sacerdote. La joven estaba avergonzada. No se presentaba en público ni en casa de sus amigas, y hasta procuraba ir a la iglesia a las horas en que no hubiese gente. Pero estaba aún más afligida, con la actitud de su confesor, que avergonzada.

He pensado mucho, por el contrario, en todo lo que usted me dijo y he tomado en ello un verdadero interés. ¿Será cierto?... Me alegro mucho, pues ya me sentía avergonzada de no haberle hablado sino de y casi me arrepentía de haber estado contándole tan minuciosamente las quimeras que rebullen en mi loca cabeza. ¿Es que no son en realidad sino quimeras?

Y Ana se retiró de puntillas, avergonzada de muchas cosas, de sus sospechas, de su vago deseo que ya se le antojaba ridículo, de su marido, de misma...

Pero Tónica se detenía, ruborizándose como si sintiera haber dicho demasiado, y miraba a su no vio confusa y avergonzada, mientras éste buscaba la linda manecita de ella para besarla repetidas veces, sin importarle la presencia de Micaela. La costurera consentía estas caricias. Conocía bien a Juanito. No había cuidado que pasase de ellas.

Durante largos cinco minutos permaneció dominada por la emoción y sin poder articular una palabra. Al fin, en una voz baja, enronquecida, dijo: No lo que pensará usted de , señor Greenwood. Estoy avergonzada de misma, y de la manera cómo lo he engañado. Mi única disculpa puede concentrarse en estas dos palabras: era imperativo.

No te apures, hijo se apresuró a decirme, sin caérsele la sonrisa avergonzada de los labios . Ya ves qué enojada estoy. ¿No te he dicho que a me gusta que me peguen en los nudillos?... Además, eso me ha probao que no se te pasea el alma por el cuerpo, como yo creía. Cuando me has llamao tal cosa, es que me quieres.

No creí deber turbar con ninguna palabra el curso de aquella súbita emoción, y alejéme algunos pasos con respeto. Después de un momento, viéndola levantar la frente y con mano distraída arreglar sus sueltos cabellos, me aproximé á ella. ¡Qué avergonzada estoy! murmuró. Esté usted más bien gozosa y renuncie, créamelo, á secar la fuente de esas lágrimas, porque es sagrada.

5 Porque su madre fornicó; la que los engendró fue avergonzada; porque dijo: Iré tras mis amantes, que me dan mi pan y mi agua, mi lana y mi lino, mi aceite y mi bebida. 6 Por tanto, he aquí yo cerco tu camino con espinas, y la cercaré con seto, y no hallará sus caminos. Entonces dirá: Iré, y me volveré a mi primer marido; porque mejor me iba entonces que ahora.

1 Justificados pues por la fe, tenemos paz para con Dios por el Señor nuestro, Jesús, el Cristo; 4 y la paciencia, experiencia; y la experiencia, esperanza; 5 y la esperanza no será avergonzada; porque el amor de Dios está derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos es dado. 6 Porque el Cristo, cuando aún éramos flacos, a su tiempo murió por los impíos.