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A Pepita no pensó ni determinó prevenirla sino a lo último, diciéndole que D. Luis espontáneamente le había pedido hora para hacerle una visita de despedida y que ella había señalado las diez. A fin de que no se originasen habladurías, si en la casa veían entrar a D. Luis, pensó en que no le viesen entrar, y para ello era también muy propicia la hora, y la disposición de la casa.

Sin querer imitar a nadie, espontáneamente, hasta contra nuestra voluntad, hasta cuando nos empeñamos en ser o en aparecer como de otro siglo o como de otra época, somos por virtud de leyes ineluctables, de nuestra época y de nuestro siglo. Supongamos por un instante que no hay esas novelas francesas y rusas que el Sr.

¡Señor Cerojo, señor Cerojo! gritó el presidente sin poderse contener por más tiempo , esas palabras son indignas de este sitio y de esta concurrencia, y yo espero que usted las retirará espontáneamente. Yo no tengo nada que retirar más que a mi persona, que voy a retirarla de aquí ahora mismo.

Si usted alega una ley, yo alego otra, y entretanto mi hija no saldrá de mi casa, porque a ella ha venido espontáneamente y por su propia voluntad, no seducida por un cortejo, sino con deliberado propósito de vivir a mi lado, como hija obediente y cariñosa.

Sólo don Germán se atrevió a protestar aunque tímidamente de aquel juicio precipitado. estás mejor enterado que yo de las miserias de la vida literaria, Tristán, pero se me hace muy duro pensar que una persona que se halla en el pináculo de la gloria y que espontáneamente te ha brindado protección te traicione tan pronto y con tal vileza.

Vinieron en socorro suyo don Rosendo y don Melchor de las Cuevas, don Rudesindo y el párroco de la villa, que espontáneamente le asignaron tres pesetas diarias mientras no cantase misa. Mas al cursar el segundo año de Teología, recibieron estos señores del seminarista una carta elegantemente escrita.

Se dijo sencilla y espontáneamente que era necesario en su casa, que allí quien debía trabajar era él, sin imaginar jamás que sus más penosos esfuerzos por lograrlo pudieran llamarse abnegación o sacrificio, ni siquiera deber: lo haría porque , porque era el hermano mayor, el único hombre de la casa. En sus cálculos no entraba Tirso para nada. Si no, ¿quién lo haría?

Las mujeres que han llegado a ser duchas en elegancias, acaban por ser sencillas; los escritores que han leído y escrito mucho, acaban también por ser naturales. Usted, Pepita, es sencilla y natural espontáneamente. No lo ha aprendido usted en ninguna parte: el pájaro tampoco ha aprendido a cantar.

Y nada prueba contra este aserto que Corneille haga caso omiso de nuestro poeta, porque tampoco confesó espontáneamente, en un principio, que había tenido presente la de Guillén de Castro. Por lo que hace al mérito de El honrador de su padre, hemos de modificar también nuestro juicio anterior, resultado de un análisis algo ligero de este drama.

Muchas de éstas se lanzaron espontáneamente á manejar las armas antiguas, inventadas por los hombres, siguiendo los consejos de un profesor que creía haber adivinado su uso leyendo libros rancios. La mayor parte de los fusiles no funcionaron. En otros se rompieron los cañones, matando á las amazonas que los manejaban.