United States or Turkey ? Vote for the TOP Country of the Week !


El tal Cienllamas y Chispa y Redina comenzaron a sacalle arrastrando, diciéndole, entre algunos puñetes y mojicones: No penséis, ladrón, que os habéis de escapar con esos embustes de nuestras manos; que ya os conocemos.

El Duque y el Marqués interpusieron sus autoridades, y para quietallo de todo punto inviaron por un particular , que trujo luego Piedepalo, para pagarlo de bonete , que fueron unos ciegos y una gaita zamorana que muy cerca de allí se recogían, que fué menester pagárselo adelantado porque se levantasen, y se concertó en treinta cuartos, y dijo el Duque que no se había pagado tan caro particular jamás, por vida de la Duquesa . Y al mismo tiempo que entró Piedepalo con el particular, se entró tras ellos Cienllamas, con la vara en la pretina , y Chispa y Redina con él, preguntando: ¿Quién es aquí el Diablo Cojuelo?

Fácil cosa será verle dijo el Diablillo tan al vivo como está pasando agora: pide un espejo a la Güéspeda y tendrás el mejor rato que has tenido en tu vida; que aunque yo, por la posta, en un abrir y cerrar de ojos, te pudiera poner en él , porque las que yo conozco comen alas del viento por cebada, no quiero que dejemos a Sevilla hasta ver en qué paran las diligencias de Cienllamas y las de tu dama, que viene caminando acá, y me hallo en este lugar muy bien , porque alcanzan a él las conciencias de Indias.

Saliendo, en este tiempo, por cal de Tintores a la plaza de San Francisco, y habiendo andado muy pocos pasos, volvió la cabeza y vió que le venían siguiendo Cienllamas, Chispa y Redina; y, dejando las muletas, comenzó a correr, y ellos tras él, a grandes voces diciendo: ¡Tengan ese cojo ladrón!

Llegué a Valencia, que juega cañas dulces con la primavera, metíme en la Mancha, que no hay greda que la pueda sacar, entré en Madrid, y supe que unos parientes de tu dama te andaban a buscar para matarte, porque dicen que la has dejado sin reputación; y lo peor es lo que me chismeó Zancadilla, demonio espía del infierno y sobrestante de las tentaciones: que me andaba a buscar Cienllamas con una requisitoria; y soy de parecer, para oviar estos dos riesgos, que pongamos tierra en medio.

En este tiempo llegaban a Gradas su camarada y don Cleofás , tratando de mudarse de aquella posada, porque ya tenía rastro dellos Cienllamas, cuando vieron entrar por la posta, tras un postillón, dos caballeros soldados vestidos a la moda, y díjole el Cojuelo a don Cleofás.

Los pobres y las pobras se escarapelaron viendo la justicia en su garito, y el verdadero Diablo Cojuelo, como quien deja la capa al toro, dejó a Cienllamas cebado con el pobrismo, y por el caracolillo se volvieron a salir del garito él y don Cleofás.

Y al mismo tiempo que ellos iban llegando a la puerta de Carmona, atisbó el Cojuelo entrar por ella a caballo, con vara alta y los dos corchetes que sacó del infierno, a Cienllamas; y volviéndose a don Cleofás, le dijo: Aquel que entra por la puerta de Carmona es comisario de mis amos, que viene contra a Sevilla: menester es guardarnos.

Y en el infierno se juntaron entre tanto, en sala plena, los más graves jueces de aquel distrito, y haciendo notorio a todos el delito del tal Cojuelo, mandaron despachar requisitoria para que le prendiesen en cualquier parte que le hallasen, y se le dió esta comisión a Cienllamas, demonio comisionario que había dado muy buena cuenta de otras que le habían encargado, y llevándose consigo por corchetes a Chispa y a Redina, demonios a la veinte , y subiéndose en la mula de Liñán , salió del infierno con vara alta de justicia en busca del dicho delincuente.